Ricardo Bustos
Académico
Laboratorio de Astro-Ingeniería y Microondas UCSC
La importancia del descubrimiento de las ondas gravitacionales hace unas semanas no está sólo en el descubrimiento en sí. A nosotros nos queda ser mudos testigos de cómo en otros países (llamados desarrollados) se logran estas hazañas. Pero para haber realizado este hallazgo se necesitó de un arduo trabajo previo, de décadas, en universidades y centros de investigación. Científicos e ingenieros fueron desarrollando nuevas técnicas y detectores, que significó llegar a construir, paso a paso, el instrumento apropiado para la detección de las ondas gravitacionales. A este proceso se le llama ciencia.
Estos nuevos detectores y nuevas técnicas, algunas de ellas llegarán a formar parte de nuestras futuras tecnologías, que usaremos a diario y no nos daremos cuenta. Así como hoy, compramos equipos tecnológicos (celulares, GPS, cámaras CCD, etc.), los que anteriormente fueron probados en proyectos científicos como los observatorios astronómicos. Y luego, estos países exportan los productos con alto valor agregado que inyectan a su economía cuantiosos ingresos, mucho mayores a los que significa vender materias primas.
Por ello, la creación de un Ministerio de Ciencia para un país como Chile que quiere llegar al desarrollo, es vital. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado que este Ministerio tenga una visión a largo plazo, de 20 años como mínimo, y que no esté sujeto a retroexcavadoras que cada 4 años hagan borrón y cuenta nueva sobre las políticas de ciencia y sobre lo que queremos hacer a futuro.
Como ejemplo, tenemos la posibilidad de desarrollar la industria del litio. El ejemplo opuesto es nuestro cobre. Vendimos cobre puro a buen precio, pero compramos productos asociados con el cobre a mucho mayor valor. En todo este tiempo, nada se hizo para desarrollar productos asociados al cobre.
Por el lado de la astronomía, como país anfitrión de grandes observatorios, desde hace unos pocos años se han ido creando nuevos laboratorios que combinan astronomía con ingeniería en universidades chilenas. Estos laboratorios permitirán a futuro y a largo plazo, tener nuestros propios descubrimientos. Y también, los adelantos asociados permitirán transferir tecnología y exportar productos de mucho mayor valor que serán un gran aporte a nuestra economía. Insisto en que esto es a largo plazo, pero para llegar a hacerlo tiene que haber un comienzo, y la instalación de estos nuevos laboratorios, como el de Astro Ingeniería y Microondas de la UCSC, que con gran esfuerzo son un importante primer paso que requieren de apoyo para así formar nuestros futuros ingenieros y científicos.