La semana que nos deja ha visto pasar sin grandes sobresaltos uno de los acuerdos más trascendentales de la democracia en nuestra región, pues el Consejo Regional, de la mano con el gobernador, Rodrigo Díaz aprobó el trabajo para llevar a Biobío a la carbono neutralidad.
En palabras muy simples, el proyecto "Gobernanza para hoja de ruta hacia la carbono neutralidad del Biobío 2050" fue aprobado por el pleno de los consejeros y establecerá una gobernanza que trascenderá a los gobiernos actuales, lo que permitirá orientar las acciones, tanto del sector público y privado, como de la sociedad civil. Todo en un plazo de 24 meses.
Pero vamos por parte, para entender por qué es tan importante hablar de la carbono neutralidad, es necesario llegar al "Acuerdo de Paris" que junto a los proyectos de biodiversidad y áreas protegidas son, sin duda, lo acuerdos más importantes en materia de medio ambiente que ha suscrito el mundo a través de sus organismos multilaterales, como la ONU por ejemplo.
El hecho que nuestro país haya decidido sumarse a la carbono neutralidad convirtiéndolo en Ley en 2022 viene a confirmar que está en nuestras manos el salvar el planeta, no para nosotros o nuestros hijos, sino más bien para nuestros bisnietos, aquellos que podrían no saber de ríos, de bosques y hielos eternos como consecuencia del descuido al cuidado de nuestro planeta, un descuido nacido básicamente (en este tema) con la revolución industrial, el momento en que la producción se hacía matando al planeta y al ser humano.
Somos parte de ese mundo que quiere rescatar la vida en La Tierra, por eso veo con buenos ojos el trabajo impulsado por el gobernador, Rodrigo Díaz y los consejeros regionales, los que han comprometido a toda la región con la carbono neutralidad, pero no solo se trata da felicitar la aprobación plena del proyecto, sino que se trata de ser parte activa de él y desde Mulchén y la Provincia del Biobío, ya comenzamos, con tareas como exigir el respeto del planeta a las transnacionales de la energía, con trabajos puntuales de reducción de residuos con las forestales, pero sobre todo educando a nuestras/os estudiantes con novedosos programas ligados a proyectos amigables con el medio ambiente, como por ejemplo el Hidrógeno Verde.
Desde Mulchén he focalizado mi trabajo relacionado con el medio ambiente en crear una unidad con expertos en la materia, profesionales que se prepararon para esto y ellos no solo han orientado las tareas con nuestros vecinos/as urbanos y rurales, sino que hemos comprometido, mediante convenios, a las grandes empresas.
Hemos podido reciclar y ser parte de la entrega de residuos electrónicos junto a Chilenter, además de ser la sede del hito de "Comunas sin basura", un programa que activamos junto a Kyklos y CMPC que nos permitió trabajar de forma correcta, junto a otras comunas, 100 toneladas de desechos. Lo hicimos bien y fuimos reconocidos por nuestro trabajo, pero sobre todo, porque lo hicimos con conciencia y de forma responsable con nuestro planeta.
Ahora bien, el gran problema que enfrentamos desde la realidad de cada territorio es cómo logramos generar esa misma conciencia en nuestros vecinos y vecinas y por esa razón, es que sumamos nuestros esfuerzos por crear conciencia desde la educación más temprana.
Pero antes de terminar, quiero dejar un punto en esta tribuna, pues a nivel doméstico, solucionar el problema de los rellenos sanitarios es otro tema que nos ayudará a la carbono neutralidad, porque no es posible que desde Chiloé vengan a dejar residuos a Biobío, no porque no seamos solidarios, sino porque eso da cuenta de la inoperancia de nuestro sistema sanitario, habla de un Estado irresponsable que deja de cumplir su rol protector mandatado, si se quiere entender de esa forma, por el "Contrato Social".
Jorge Rivas Figueroa
Administrador Público
Licenciado en Ciencias Políticas