Hace unos días el Papa Francisco público su exhortación apostólica Laudate deum, que muchos hemos interpretado como la segunda parte o mejor dicho el update de su Encíclica Laudato si. En ella el Sumo Pontífice vuelve a poner en el centro de la discusión la urgencia climática y la necesidad imperiosa de cuidar la casa común, y que como adelanta, denuncia que vivimos en "una cultura del mal uso de los recursos naturales, que no acompaña a la naturaleza a su pleno desarrollo y no la deja vivir" lo que en resumidas cuentas nos perjudica a todos, especialmente a los más vulnerables.
El inicio de su mensaje es demoledor, pues enfrenta directamente a quienes aún no desean - o no quieren- asumir la realidad de un cambio climático que ya afecta a millones de personas en Chile y el mundo a través de inundaciones, incendios, sequía, falta de alimentos entre otros. En sus palabras se siente su penar por confirmar que hay personas que afirman que el cambio climático es falso, no tiene una causalidad de origen humano o que incluso buscan sabotear o burlarse de quienes trabajan en pos de combatir este fenómeno (LD 6). Es urgente de que sigamos poniendo la temática sobre la mesa, que nos organicemos y repitamos las dos convicciones que insiste el Papa: "todo está conectado" y "nadie se salva solo". (LD19)
El Papa también hace énfasis en esta desconexión que sufrimos con la naturaleza, viéndonos como entes externos y no parte de ella. Si entendiéramos eso, si realmente tuviésemos un sentido de pertenencia, no estaríamos dañando de forma tan voraz nuestro hogar. "Un ambiente sano también es producto de la interacción del ser humano con el ambiente" (LD 27)
Nos plantea que esta crisis socioambiental es multidimensional, y por tanto, las soluciones también deben serlo. No podemos pretender que solo a través de la tecnología esta problemática se resolverá. "Suponer que cualquier problema futuro podrá ser resuelto con nuevas intervenciones técnicas es un pragmatismo homicida, como patear hacia adelante una bola de nieve" (LD 57). "Aceptemos finalmente que es un problema humano y social en un variado arco de sentidos" (LD 58). Es clave que lleguemos a acuerdos a escalas internacionales, nacionales, regionales y locales.
Esto no será fácil, pero el mismo Papa nos da una gran pista, y nos dice que "todo suma" lo que implica que todas las personas tenemos que poner de nuestra parte, modificando nuestros estilos de vida, apoyando iniciativas que protejan la naturaleza, votando informadamente, organizándonos, encontrándonos con quienes son y piensan diferente, y escuchando con los oídos y corazón abierto pues "El esfuerzo de los hogares por contaminar menos, reducir los desperdicios, consumir con prudencia, va creando una nueva cultura (LD71)".
"«Alaben a Dios» es el nombre de esta carta. Porque un ser humano que pretende ocupar el lugar de Dios se convierte en el peor peligro para sí mismo." (LD 73). Hacemos un urgente llamado a los constituyentes, líderes de opinión, empresarios y tomadores de decisión a dejar las mezquindades e incorporar ahora una mirada Laudate deum en sus tomas de decisiones, para que alabemos juntos y fraternalmente la creación y alcancemos el anhelado desarrollo sostenible para nuestro planeta y sociedad.
José Plaza Hernández y Pablo Vidal Castillo, voceros de Voces Católicas.