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La Tribuna
Columnista

Los nuevos esclavos: drogadictos

Mario Ríos Santander

por Mario Ríos Santander

La señora Ester, algo alarmada, me comentó de un "Festival REC", organizado con fondos aprobados por el Consejo Regional y Municipalidad de Los Ángeles, en el Salto del Laja, a fin de alentar el turismo en dicho lugar.

"Un festival de música, que participó cerca de las 15 hrs y culminó a las 12 pm. Tremendamente amplio en sus variedades, escenarios enormes, sonidistas, pantallas Led gigantes... no sé cuánto le habrá costado al Gore o el municipio, todo esto, pero que fue harto, sí, millones seguramente". Le respondo que me parece bien. Sin embargo ella, continua, "es que la organización fue muy mala, estacionamientos, un desastre, feria costumbrista con stand de cocinerías pocos, falta de espacio para su desarrollo limpio, higiene impropia en la manipulación de alimentos, el sector artesanía, disminuido, también mal ubicado para la muestra de sus productos, mesas para almorzar, escasas, carpa pequeña... En fin, un desastre de logística".  En el exterior de la carpa oficial, por atrás, se instalaron los típicos apitutados vendiendo comida chatarra, carne de perro dicen que es". A estas alturas comencé a ponerme nervioso. Tanto desastre.  Pregunto: "¿Y quién era el organizador en terreno?  Respuesta, "un señor que le decían delegado del gobernador". Respondo, "¿Delegado del gobernador?... ¿y quién mandará?  Hhay dos delegados.  La Sra. Purrán tiene colega, no lo sabía. (¿No habrá que eliminar uno de los dos?). Insisto, "¿delegado o delegada?", me responde doña Ester, "delegado oí yo". 

Y la narración continúa: "Había viento, mucho viento, que levantaba polvo. Y si uno quería ir a comer y fuimos a uno de los restaurantes tradicionales del salto y estaba cerrado. Eran varios los restaurantes cerrados.  ¿Miedo?  No sé, pero fue así. Pero lo que más me impresionó que la marihuana se vendía a la vista de todos.  Un olor a pito, usted no puede imaginarse". La narración es verdaderamente dramática.  ¿Quién habrá administrado las platas concedidas por el Concejo Municipal y el Consejo Regional? Le pregunto a la Sra Ester. "Eso no lo sé. Hablaban de don Hugo que había hecho los contratos, pero nada más. No sé quién es don Hugo". Lo averiguaremos, porque la narración que hace la Sra. Ester de los baños químicos es otro desastre. 

Como las cosas hay que comprobarlas, llamé a un asistente, me respondió. "Algo de color le pone esta Sra. Ester. No me consta el asunto de los baños ni otras cosas porque fui y me volví.... lo que síi tengo claro, es que la marihuana, en verdad se vendía a plena luz del día... y mucho cabro comprando y piteando. El olor se sentía en toda el área". 

Algunos, han comenzado a justificar la marihuana en estos eventos, sin darse cuenta que se transforman en cómplices de narcos que se enriquecen con sus esclavos robando y matando para seguir consumiendo. Ya son esclavos, dramáticos esclavos, pobres jóvenes desesperados. ¿Y seguiremos con estos eventos musicales?  Sí, son parte de la recreación, pero, igual que el narrado por la Sra. Ester, no, ese no ni menos con platas municipales y regionales que alienta caos y consumo de droga. 

Mario Ríos Santander 

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