Los valores de la patria

Alejandro Mege Valdebenito.

A pocos días del inicio de la primavera en nuestro hemisferio sur, en los meses de agosto y septiembre de cada año, junto con darse inicio al renacer de la naturaleza, con una briza tibia que poco a poco desplaza al frío y a la tormenta, nos trae el recuerdo y la nostalgia del pasado de quienes forjaron el país que nos acoge y nos muestra la realidad del presente de la Patria nuestra, esa Patria con mayúscula, tan venerada y respetada por nuestros compatriotas,  sean éstos de nacimiento o de adopción pero que sienten por ella la misma gratitud y el honor de ser considerados sus hijos;  hombres y mujeres de todos los rincones de nuestra "loca geografía", algunos personajes y héroes conocidos que ofrendaron su vida en el campo de batalla por la libertad de Chile, otros que desde la literatura, el arte, la ciencia, la política,  la educación y la salud dejaron su huella indeleble en el progreso de la Patria  y muchos más héroes del día a día que desde el anonimato han entregado su aporte desinteresado y generoso para contribuir a su desarrollo con justicia y en armonía, con esfuerzo, dedicación y sacrificio tanto en el campo, como en la ciudad, en la cordillera o en el mar, en la gran industria, en la pequeña pyme, en la "vega" del centro o en el "boliche" de la periferia, en el gobierno o en el municipio o en la junta de vecinos, en las fuerzas armadas y de orden y seguridad, en la escuela rural o en la universidad, en la gran ciudad o en el barrio más alejado. Una Patria que no es patrimonio de nadie en particular, que es de todos, sin distinciones de cuna, cultura, fortuna, clase social, ideología política o creencia religiosa alguna, siempre  chilenos por sobre todas las cosas. Patria que es un sentimiento, pero también una responsabilidad y un deber y que la historia nos recuerda que antes que nosotros hubo muchos de nuestros antepasados que contribuyeron a formar la Patria que tenemos y que es tarea de los que somos sus hijos hoy y los que serán mañana, contribuir a su progreso, su bienestar y su grandeza. Más, la grandeza y el honor de la Patria no reside únicamente en sus logros económicos y materiales, ni siquiera en sus triunfos deportivos o en sus reconocimientos culturales. Claro que no. La grandeza de la Patria reside especialmente y de manera muy profunda en los valores que sostienen la estructura y el tejido social que constituyen una sociedad sana. Una Patria sin valores de convivencia, de respeto por el otro, de libertad responsable, de deberes que cumplir más que derechos que exigir. La Patria nos pide hoy respeto por los símbolos nacionales, por los héroes que la historia en su momento les ha reconocido tal condición por las acciones realizada en circunstancias difíciles que ni siquiera nos imaginamos y a quienes hoy, con juicios del presente y de la contingencia, se intenta desconocer su valer. El amor a la Patria, la unión de la familia, el respeto a la ley, a sus tradiciones, la participación y el compromiso con la construcción de una sociedad más justa y solidaria son valores que la Patria requiere. Los enemigos de la Patria no están en el campo de batalla, están, y con graves consecuencias, en la delincuencia, en el robo, en el flagelo de la droga, en la violación, la agresión y el atropello a los legítimos derechos de los ciudadanos de vivir sin miedos, con resguardo de sus bienes, sin peligros de sus vidas y en paz. La Patria clama por un país unido bajo una misma bandera, más cuando la fragmentación por motivos ideológicos que sufre nuestra sociedad no le hace bien a la Patria donde la mayor responsabilidad de que así ocurra es de la clase política la que, para conseguir los objetivos de poder que persiguen, ofrecen un espectáculo de desunión, incluso de descalificación hacia quienes consideran enemigos más que eventuales adversarios. Si miraran- quienes se estiman patriotas-  a los verdaderos héroes y patriotas que ha tenido la Patria verían en sus vidas los ejemplos de los más altos valores que la Patria representa, necesarios de imitar.

Alejandro Mege Valdebenito

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