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La Tribuna

Relato de reo que decapitó a su compañero de celda: afirma haber recibido órdenes del "Joker"

por María Paz Rivera Arévalo

Centro Penitenciario Biobío / Cedida

En un impactante testimonio, Diego Valdés, acusado de decapitar a su compañero de celda en la Cárcel Biobío de Concepción, afirmó haber actuado bajo órdenes que le habría dado una visión del "Joker". Los estremecedores hechos ocurrieron la madrugada del lunes 9 de diciembre en el módulo 42, cuando Valdés asesinó a Vincent González en un supuesto "ritual de sacrificio".

Según relató Valdés durante una evaluación psiquiátrica, la noche del crimen ambos hablaban sobre temas sobrenaturales, como pactos con el diablo y la existencia de la Güija. "Yo lo vi al Joker en la muralla. Me dijo ‘mátalo’ y yo pensé: es él o soy yo", aseguró.

El acusado explicó que, tras asfixiar a su compañero con un cordón, lo apuñaló en el corazón y luego le cercenó el cuello. "Era para hacer un sacrificio de sangre, como los mayas, y así invocar al diablo. Escribí el 666 en la muralla e hice la estrella de David, que pensé que también podía servir", relató. Posteriormente, Valdés colocó el cuerpo sobre la cama de González con la intención de lanzar la cabeza por la escalera al amanecer, buscando así "la bendición" y su libertad.

Perfil psiquiátrico y traslado a Santiago

El informe del perito psiquiatra Nelson Pérez, de la Defensoría Penal Pública, describe a Valdés como un paciente con un episodio psicótico paranoide, con antecedentes de pensamientos delirantes y juicio de la realidad gravemente alterado. Según el análisis, Valdés ya habría experimentado episodios similares en el pasado, aunque nunca con consecuencias de tal magnitud.

Tras los hechos, Valdés fue trasladado a la Cárcel de Alta Seguridad en Santiago, donde su defensa señaló que llegó en condiciones de vulnerabilidad y sin recibir la medicación adecuada. "El 12 de diciembre se constató que había sido agredido y aún no se le entregaba tratamiento médico", sostuvo la defensa.

Una relación previa en otros penales

Valdés y González se conocían desde tiempo atrás, compartiendo celda en penales de otras ciudades, según reconoció el acusado. Aunque inicialmente mantenían una relación de amistad, el crimen se desencadenó en medio de las visiones y el estado psicótico de Valdés.

Este escalofriante caso pone de relieve las condiciones de salud mental al interior de los recintos penitenciarios, reabriendo el debate sobre la atención psiquiátrica y el tratamiento de reclusos con trastornos severos. El proceso judicial continúa mientras se investigan las circunstancias y el estado mental del imputado.

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