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Este martes, la jornada de votación en Estados Unidos comenzó con una gran expectación. Los centros de votación abrieron sus puertas temprano en la mañana, marcando el inicio de un día decisivo en el que la ciudadanía elige entre el exmandatario republicano, Donald Trump, de 78 años, y la actual vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, de 60 años.
Los sondeos hasta el momento señalan que la diferencia entre ambos candidatos es mínima, lo que deja en suspenso el futuro de la Casa Blanca hasta que se completen los conteos en los estados clave.
Para obtener la presidencia, Trump o Harris deberán asegurarse al menos 270 votos electorales, de un total de 538.
Esta elección se perfila especialmente competida en siete estados considerados estratégicos: Georgia, Pensilvania, Carolina del Norte, Wisconsin, Míchigan, Arizona y Nevada.
Los resultados en estos estados serán decisivos, ya que tienen la capacidad de inclinar la balanza en favor de uno u otro candidato debido a sus volúmenes significativos de votos electorales.
Está previsto que los centros de votación cierren al final de la tarde, momento en el cual comenzará el conteo de votos y se darán a conocer los primeros resultados. La nación y el mundo miran con atención cómo se desarrolla este proceso, pues el futuro político de Estados Unidos y su influencia global están en juego.
La contienda entre Trump y Harris es vista no solo como una pugna entre ideologías, sino también como un referendo sobre la dirección que Estados Unidos tomará en los próximos años, en medio de tensiones económicas, políticas y sociales tanto a nivel interno como internacional.
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