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El 1° de febrero de este año se publicó una investigación en la que participó la capital provincial de Biobío. Del estudio, que involucró a cerca de treinta angelinos, se resolvió que el cambio de hora genera cierto impacto en las personas.
Según Mario Henríquez-Beltrán: "Escogimos una muestra de hombres jóvenes sanos y le hicimos un seguimiento durante un año. En cada cambio de horario que hubo, tanto en el cambio horario de otoño como en el de primavera, se le tomaron distintas evaluaciones relacionadas al sueño, ritmos circadianos, presión arterial y exámenes del punto de vista neurocognitivo para determinar si, previo al cambio de hora y post cambio, existían algunas diferencias".
De la mano de los resultados, el profesional detalló que se registró un impacto notorio en la muestra de jóvenes angelinos: "En ambos cambios de horarios se encontraron diferencias significativas, en el cambio de otoño, por ejemplo, se encontró que estos pacientes tenían un menor tiempo en cama, una menor eficiencia del sueño y un tiempo total de sueño menor, es decir, estos pacientes dormían menos de siete horas diarias".
"A su vez, incrementó el insomnio. En conclusión, ambos cambios de hora generaron efectos negativos principalmente con alteraciones neurocognitivas, es decir, las habilidades neurocognitivas de personas sanas se vieron afectadas", complementó.
En este punto de la conversación, el experto manifestó que en el plazo de un año no fue posible determinar un impacto a largo plazo. No obstante, existen otros estudios que ya han profundizado en este tópico.
"El estudio no consideraba un seguimiento por más de un año para determinar si es que habían cambios de regularización, sin embargo, la evidencia científica actual dice que los cambios pueden permanecer durante semanas, incluso meses después del cambio de hora (...) Hay estudios que plantean que después del cambio de hora hay un incremento notable de consultas en hospitales de urgencia por accidentes vasculares, aumentos de presión arterial y alteraciones de tipo cardiovasculares", detalló en conversación con diario La Tribuna.
La pregunta fundamental fue respondida por Mario Henríquez-Beltrán. A juicio del investigador, "el cambio de hora tiene que ser abolido. El horario que se sugiere es el de invierno, ya que es considerado como el verdadero horario. Incluso es el que se ha instaurado en forma oficial en otros países".
"Los argumentos que han dado para este cambio son logísticos y económicos centrados en el consumo de luz, no obstante, la evidencia da cuenta que el impacto en el ahorro no es tal. Contrario al impacto en la salud, que es de total relevancia", aseguró.
Considerando que dentro de Chile aún no hay indicios de instalar un solo horario fijo, el entrevistado entregó algunas recomendaciones a los lectores: "Las recomendaciones sería evitar el uso de pantalla durante la noche y adecuar el horario a una nueva rutina de alimentación y de sueño con cambios sutiles de cada 15 minutos, esto hasta lograr una nueva rutina. Como complemento se recomienda mantenerse activo con ejercicio físico, evitando esto en las horas previas de sueño".
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