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La pequeña Camila que tiene 3 años y vive en Los Ángeles, la mañana de un domingo el hervidor que borboteaba cayó sobre ella, quemando cabeza y parte de su rostro. Debido a la urgencia, ingresó al Hospital de Los Ángeles, luego a pabellón quirúrgico y a UCI por 6 días, antes de trasladarla a Concepción al Hospital Regional Guillermo Grant Benavente, donde continuó tratamiento en UTI, con injertos y curaciones.
El viernes se fue de alta y hoy está en su casa en la provincia de Biobío. Su madre, Ana Zambrano, habló del sufrimiento familiar que generó el accidente y de la alegría de volver con su hija sana y sin huellas de los injertos realizados en el rostro. También agradeció la atención y cuidados dispensados por el personal del servicio de Quemados del complejo Hospital de la red del Servicio de Salud Concepción.
De esta forma, fueron tres niños con quemaduras graves que se sometieron a injertos de piel en sólo una mañana de trabajo, en los pabellones quirúrgicos del hospital regional, mientras otros dos permanecían en tratamiento en salas de hospitalización.
Dalton Azocar, cirujano infantil dedicado a la atención y tratamiento de niñas y niños quemados, dijo que en las últimas semanas aumentó el ingreso, principalmente de menores de 2 años, con lesiones en manos, rostro, cabeza y tórax, todas atribuibles a accidentes ocurridos en domicilio, que pueden dejar secuelas.
"La quemadura más frecuente es producida por líquido caliente, volcamiento de tasas con agua, té o leche; a veces las madres mantienen a sus niños en el regazo, mientras toman algo caliente y basta un movimiento de brazos del pequeño, para derramar el líquido. Lo que también se ve con mucha frecuencia son las lesiones causadas por el volcamiento de los hervidores, que quedan en sitio inestable o inseguro, el niño tiene acceso, tira el cordón y se derrama el líquido caliente encima", comentó el doctor.
Explicó también que cada paciente es sometido a un riguroso tratamiento, curaciones e injertos con anestesia general, debido a que son lesiones dolorosas, que pueden infectarse fácilmente. "En cuanto al tiempo de hospitalización, depende fundamentalmente de la extensión y de la profundidad de las quemaduras, cuando son profundas, que requieren injerto, habitualmente, son al menos 3 semanas de permanencia en el hospital", explica el Dr. Azocar.
La otra causa de ingreso se relaciona con la quemadura por contacto con estufa o calefactor. "Con el frío de las últimas semanas, se está usando más leña, parafina o carbón y en muchos casos los niños que están empezando a caminar o se desplazan en andador, son los que se acercan a la fuente de calor para tocar, con consecuencias graves", agrega el médico.
Finalmente, realizó un llamado a la prevención de este tipo de situaciones: "El mejor tratamiento de una quemadura es que no se produzca, es decir: debemos prevenir y en ese sentido, para evitar las, mantener alejado todos los recipientes con líquidos calientes del alcance de los niños y habilitar una reja o protección adecuada en torno a la estufa o calefactor, para que el niño no tenga acceso a él".
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