Salud

¿Qué es la microbiota intestinal y por qué es importante para nuestra salud?

El rol que cumple es fundamental ya que ayuda a prevenir algunas enfermedades digestivas, regula el metabolismo y el balance energético.

El consumo de alimentos ricos en fibra ayuda a mantener una microbiota balanceada en el organismo., freepik.es
El consumo de alimentos ricos en fibra ayuda a mantener una microbiota balanceada en el organismo. / FUENTE: freepik.es

La microbiota es un conjunto de microorganismos presentes en el cuerpo humano, que mantienen una relación simbiótica con él. ¿Qué quiere decir esto? Que mientras las bacterias realizan una función protectora frente a enfermedades y agentes patógenos y ayuda en la metabolización de los alimentos que consumen las personas, el organismo les ofrece un lugar donde vivir.

"La más importante es la que se encuentra a nivel intestinal, en el aparato digestivo y que, en sí, nos ayudará a protegernos contra el sistema inmune y a tener una mayor y mejor digestión".

Nutricionista del Departamento Técnico de la Dirección Comunal de Salud, Daniela Sanhueza.

Asimismo, la profesional destacó que la microbiota cumple un rol fundamental en la salud de las personas ya que ayuda a prevenir algunas enfermedades intestinales, así como también alteraciones como la intolerancia a la lactosa y al gluten.

Dentro de las funciones de la microbiota se encuentra la protección de bacterias patógenas que pueden provocar enfermedades, transformándose en una barrera que protege al organismo de sustancias carcinógenas y metales tóxicos, entre otros.

Asimismo, favorece a que el sistema de defensa funcione de manera adecuada; regula el metabolismo y balance energético;  favorece la digestión de alimentos y la producción de vitaminas, entre otros aspectos.

¿QUÉ PASA SI LA MICROBIOTA NO FUNCIONA ADECUADAMENTE?

Cuando se produce una alteración en la microbiota, es posible que "se vea afectada la flora intestinal, existan problemas de hinchazón y colon irritable. Últimamente, se ha asociado a niveles de depresión", relató la nutricionista de la Dirección Comunal de Salud.

Es que, según añadió Sanhueza, existe una estrecha relación entre nuestros intestinos y el cerebro; "tenemos que pensar que está asociado a las emociones, por eso es que se le da énfasis a la salud mental. Por ejemplo, si estamos felices comemos algo rico, si estamos tristes nos desmotiva un poco y todo esto tiene relación con la microbiota".

Esto porque genera un equilibrio dentro del organismo de las personas; ésta puede verse afectada con el consumo de antibióticos, generando una disminución de la microbiota intestinal. 

Existen algunos factores que pueden alterar la microbiota; entre ellos, figuran los malos hábitos alimentarios; además, "puede estar asociado a enfermedades respiratorias o cardiovasculares, a la obesidad. Asimismo, lo que más influye son los estilos de vida, los que tenemos que fortalecer para que nuestra flora intestinal esté saludable", relató Sanhueza.

Quienes se pueden ver más afectados a consecuencia de una alteración en la microbiota son, principalmente, los adultos mayores.

Esto es, "partiendo desde los 65 años, al tener -quizás- una menor ingesta de algunos alimentos o al presentar problemas para masticar, de deglución de alimentos porque debemos pensar que toda la comida que le damos a estas bacterias que están en nuestros intestinos son el alimento para ellas; entonces, si tenemos una mala alimentación se verá claramente afectada", relató Sanhueza.

TRATAMIENTO

Para mantener una microbiota balanceada, lo primordial es llevar una alimentación saludable y tener un buen consumo de probióticos y prebióticos, que ayudan a mantenerla equilibrada.

Así como los probióticos son organismos vivos que están presentes en algunos alimentos, los prebioticos se encuentran en alimentos ricos en fibra, propiciando a una mayor proliferación de bacterias.

En este contexto, la nutricionista recomendó, por ejemplo, el consumo diario de yogurt o leche ya que contienen bacterias fermentadas dentro de su composición, así como también las aceitunas, los encurtidos ya que facilitan la estabilización de la flora intestinal y aquellos alimentos ricos en fibra como la avena, además de frutas y verduras. Importante también es el consumo adecuado de agua para que la microbiota pueda tener una correcta circulación.




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