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En términos generales, el tratamiento de la diabetes tipo 2 tiene dos pilares fundamentales y es raro que funcione si llegase a fallar alguno de ellos.
El médico diabetólogo de Clínica Universidad de los Andes, Dr. Álvaro Contreras, explicó que el primer pilar dice relación con lograr un cambio de vida adecuado a los objetivos de tratamiento de la enfermedad; esto tiene que ver con incorporar una alimentación adecuada, corrigiendo los factores de riesgo como el exceso de peso, sedentarismo e incorporar varios mecanismos específicos que se le van recomendando a los pacientes en cuanto a cuidados de dieta y actividad física.
El segundo pilar que es fundamental son las terapias farmacológicas.
Las consecuencias de no tratar la diabetes tipo 2 de forma adecuada son múltiples pero están derivadas básicamente de exponer a las células y órganos del cuerpo a niveles altos de azúcares en la sangre y de glucosa por periodos prolongados.
Este escenario "va generando un daño a nivel del funcionamiento de las células y por tanto de los órganos y es ahí donde pueden aparecer consecuencias que, muchas veces, son irreversibles, como el daño de la retina en el ojo y la pérdida de la visión; daño a órganos como los riñones, donde los pacientes pueden llegar requerir terapias con diálisis; daños al sistema nervioso, lo que nosotros llamamos neuropatía. Eso, a su vez, va favoreciendo la aparición de lesiones, heridas o amputaciones y el pie diabético que es bien conocido", detalló el especialista.
Además, la diabetes tipo 2 también podría derivar en enfermedades cardiovasculares, generando riesgos de infarto al corazón, infartos cerebrales u oclusiones de arterias en las piernas, lo que también puede llevar a amputaciones.
Uno de los grandes problemas de la diabetes tipo 2 es que cuando los síntomas aparecen es porque la enfermedad está desencadenada y, en general, bastante avanzada.
"Los pacientes que presentan síntomas, habitualmente llevan cinco, siete o 10 años ya con diabetes (...) Uno de los grandes problemas es que si espera a que aparezcan los síntomas para preocuparse de hacerse un estudio, diagnóstico o algún tratamiento está llegando entre 5 a 10 años tarde y hay un daño que se ha producido en una serie de órganos que, muchas veces, ya no es reparable", explicó el médico.
Aun así, detalló que los principales síntomas son la deshidratación originada por el exceso de producción de orina. La deshidratación aparece cuando la glicemia en la sangre está muy elevada.
El exceso de producción de orina, en tanto, generará que la persona tenga mucha sed y comience a beber mucha agua y, en casos más severos, se puede apreciar una baja de peso anómala, sin causa aparente y que, básicamente, es una manifestación de una enfermedad descompensada.
Dentro de las recomendaciones entregadas, Contreras detalló que -lo principal- es tratar bien los hábitos y la obesidad. "Si uno quiere prevenir diabetes a nivel poblacional, y a nivel individual de una persona en particular, lo principal es atacar el exceso de peso; eso, a su vez, con hábitos de alimentación adecuados y actividad física regular".
Ahora, aquellos pacientes que ya presentan exceso de peso significativo, lo recomendable sería someterse a un tratamiento un poco más estructurado, a fin de corregir el exceso de peso.
"Otra medida que es muy importante para prevenir complicaciones es el diagnóstico temprano. Es decir, que los pacientes que tienen alguno de estos factores de riesgo se hagan chequeos de salud regularmente; puede ser una vez al año con exámenes de sangre que son sencillos", relató el especialista.
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