Cada 15 de febrero, el mundo pone su mirada sobre una causa profundamente conmovedora: el Día Internacional del Cáncer Infantil. En septiembre de 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la iniciativa mundial contra el cáncer infantil, con el objetivo de abordar estas profundas desigualdades y lograr al menos el 60% de supervivencia de los niños con cáncer para 2030 y reducir el sufrimiento de niños y niñas.
La incidencia de cáncer en niños y adolescentes en el país es de aproximadamente 14,2 casos por cada 100.000 menores, lo que se traduce en unos 676 casos nuevos al año. Los tipos más comunes de cáncer infantil en el país son las leucemias, los tumores del sistema nervioso central y los linfomas, una distribución similar a la que se observa a nivel mundial.
Una fecha destinada a sensibilizar a la sociedad acerca de los desafíos que enfrentan miles de niños y adolescentes diagnosticados con esta enfermedad, a la vez que promueve el acceso equitativo a diagnósticos tempranos y tratamientos adecuados.
El cáncer es, sin lugar a dudas, una de las principales causas de mortalidad infantil a nivel global. Con cerca de 274.000 nuevos casos anuales en el mundo, la tragedia se refleja de manera aún más cruda en América Latina y el Caribe, donde alrededor de 30.000 niños y adolescentes se ven afectados cada año, y casi 10.000 de ellos pierden la vida a causa de la enfermedad.
Este panorama, sombrío, pero no irreversible, impulsa esfuerzos tanto locales como internacionales para mejorar la detección y el tratamiento.
Respecto de nuestro país, la Dra. Mirta Medina, hematóloga y oncóloga infantil del Complejo Asistencial "Dr. Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles", compartió el panorama de esta enfermedad que aqueja la vida de los infantes.
Sin embargo, un rayo de esperanza se asoma en el horizonte. La profesional destacó que los avances en la tasa de sobrevida de los niños diagnosticados con cáncer en Chile son notables. Entre 2017 y 2019, el 78,4% de los niños diagnosticados lograron superar los cinco años después del diagnóstico.
Aunque las niñas presentan una tasa levemente mayor de sobrevida (78,9%), la diferencia no es estadísticamente significativa, lo que refleja una tendencia positiva en la lucha contra esta devastadora enfermedad.
Este avance de cinco puntos con respecto al informe anterior (2012-2016), cuando la tasa de sobrevida a los 5 años era del 73,5%, evidencia el esfuerzo constante por mejorar la atención y el tratamiento.
A pesar de estos avances, el diagnóstico temprano sigue siendo un desafío crucial. El cáncer infantil no siempre se presenta de manera evidente, y muchos de sus síntomas pueden confundirse con enfermedades más comunes.
La Dra. Medina advirtió que los padres y cuidadores deben estar atentos a señales como piel pálida, moretones o sangrados inexplicables, ganglios inflamados, especialmente en cuello, axilas o ingle, y fiebre sin causa aparente.
Estos son solo algunos de los síntomas que podrían alertar sobre la presencia de la enfermedad. El Día Internacional del Cáncer Infantil es un firme recordatorio de la importancia de la prevención, la investigación y el acceso a tratamiento de calidad.
En este contexto, el Servicio de Salud Biobío refuerza su compromiso con la detección temprana, la mejora en la accesibilidad a tratamientos y el acompañamiento integral a las familias afectadas.
Es un esfuerzo que requiere la colaboración conjunta entre el sistema de salud, las autoridades y la comunidad, con el objetivo de garantizar la equidad en salud y aumentar las tasas de sobrevida.
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