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Deportes Iberia espera dejar atrás un sendero lleno de dificultades

El próximo 28 de febrero, el club cumplirá 54 años desde que arribó a Los Ángeles.

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La Azulgrana del Biobío, el próximo 15 de junio, cumplirá nada menos que 90 años de existencia desde su fundación en 1933, y 54 años desde que el club nacido en Santiago, terminara radicándose en Los Ángeles en 1969, luego de su paso por Puente Alto.

Para quienes conocen la historia del único club en Chile que viste de azulgrana, saben que su transitar en el fútbol chileno no ha sido fácil, pero así y todo el destino ha querido que siga existiendo.

En Los Ángeles, logró su primer título del balompié chileno, en esa mítico Campeonato Copa Polla Gol, obtenido en calidad de visita ante Curicó Unido el 8 julio de 1984 por 3 goles 0 y que le otorgaba pasajes para jugar en Primera División, pero decisiones oscuras desde la Asociación Central de Fútbol, de aquella época, impidieron que ello aconteciera.

Así también, pasó momentos muy difíciles, como cuando terminó descendiendo de categoría, yéndose a la Tercera División en aquella negra jornada dominical del 20 de diciembre de 1992, a manos de Santiago Wanderers. Una igualdad a dos goles que no le sirvió a los angelinos, desapareciendo del fútbol profesional hasta la inventada Segunda División Profesional en el 2012, con el arribo del empresario Carlos Heller, en el que Deportes Iberia dejaba el fútbol amateur para alcanzar, luego de dos décadas, el profesionalismo.

Los primeros años, bajo la directa administración de Heller, fue de un importante crecimiento deportivo. De hecho, el club azulgrana fue el campeón tres veces consecutivas, logrando recién en la tercera oportunidad, ascender a la Primera B, luego de igualar a cero con Melipilla en el Estadio Municipal de Los Ángeles, en aquella tarde del 30 de marzo del año 2014.

Ese logró daba pie para proyectar un nuevo comienzo del club angelino. Se suponía, como lo había prometido Carlos Heller, que llegando a la Primera B sería mucho más fácil su andar apostando por llegar prontamente a la Primera División.

Ese sueño duró solo tres temporadas, perdiendo la categoría el domingo 12 de noviembre en el Municipal de Los Ángeles ante San Marcos de Arica. 1 a 1 fue el resultado.

De ahí en adelante, el trayecto de la Azulgrana de la mano de la Sociedad Anónima en la Segunda División Profesional, fue de un caminar descendente hasta este tramo, en que el gerente general de la institución, Alberto Morgan, único vocero, advertía a finales de este año que la situación de Iberia era crítica, pues el club angelino estaba carente de capital como para mantener un plantel para la temporada 2023, asumiendo también un desgaste en su administración.

¿UN NUEVO HORIZONTE? 

Ante esa situación, Morgan y compañía colocaban a disposición del club la posibilidad de la llegada de nuevos inversionistas. Allí aparecieron algunos interesados, pero que fueron quedando en el camino por algunas exigencias que no gustaron en la interna de la Sociedad Anónima.

Finalmente, apareció el empresario nortino John Sol que ya había tenido experiencia con la administración del club Vallenar, que de hecho, lo llevó a ser en dos temporadas seguidas, uno de los candidatos a campeonar en la Segunda Profesional. De hecho, lo logró pero en la final para buscar el ascenso a la Primera B, ante Melipilla, un error arbitral obligaría a repetir la tanda de penales en cancha neutral. Vallenar no se presentó aduciendo que era el legítimo vencedor y recurrió a la justicia ordinaria, de ahí vendría la debacle del conjunto nortino.

Tras varias reuniones y sortear varias cláusulas y acuerdos y desacuerdos entre ambas partes, se llegó finalmente a buen término y la actual administración del club azulgrana, de propiedad de ‘Inversiones Los Ángeles’ decidió traspasar gran parte de las acciones a estos nuevos inversionistas.

John Sol viene con un interesante proyecto que le permita en poco tiempo recuperar su inversión. Estructurar un plantel competitivo, cimentar las bases del sentido de pertenencia de los hinchas hacia el club, algo que estaba perdido en la actual administración. Mejorar el merchandising, acercar las empresas privadas al club, tener un acercamiento con las autoridades en especial con el alcalde de la comuna, entre otros avances, en el que no se descarta a mediano plazo contar con una propia cancha de entrenamiento.

Los hinchas y comunidad en general esperan que, efectivamente, estos compromisos se cumplan por el bien del club y lo que envuelve a esta entidad deportiva y social, que pronto cumplirá 54 años de arraigo en la ciudad de Los Ángeles.




matomo