Arturo Orellana es una autoridad para hablar en temas de planificación urbana y territorial, políticas públicas, desarrollo de instrumentos de medición de calidad de vida urbana y rural, así como de infraestructura territorial.
Es un ingeniero comercial que tiene un doctorado en Geografía Humana (Universidad de Barcelona, 2006) y un magíster en Desarrollo Urbano (Universidad Católica, 2000) que lleva 12 años a cargo del equipo de trabajo que elabora el Índice de Calidad de Vida Urbana (ICVU).
El estudio, elaborado en conjunto por el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Cámara Chilena de la Construcción, analiza a 99 ciudades del país en dimensiones, como las condiciones laborales, el ambiente de negocios, las condiciones socioculturales, la conectividad y movilidad, la salud y medioambiente y la vivienda y el entorno.
Dentro de ese conjunto de ciudades evaluadas está Los Ángeles que, de acuerdo al último estudio, reveló que su índice de calidad de vida urbana está dentro de la categoría medio-bajo, con avances durante la pandemia en las áreas de Vivienda y Entorno, Condiciones Laborales y Ambiente de Negocios.
A raíz de ese indicador, el Consejo Urbano, instancia público-privada que busca aportar al desarrollo urbano de la capital de la provincia de Biobío, se generó una instancia de conversación con el especialista en un espacio de la radio San Cristóbal.
Junto al arquitecto Mauricio Carrasco, asesor urbanista de la Municipalidad de Los Ángeles, se analizaron los resultados del último reporte sobre la calidad de vida urbana en la capital provincial.
A juicio de Orellana, "se da una paradoja porque clasifica como una ciudad intermedia con una calidad de vida urbana medio baja, básicamente consecuencia de que no está en el centro de atención de las decisiones políticas y económicas que se toman en la región. La expresión más clara del centralismo nacional es el centralismo regional".
A pesar del mejoramiento en algunos de los parámetros en Los Ángeles, para el especialista hay dos cuestiones que pesan históricamente, que "son las condiciones laborales, que no ofrece un mercado laboral robusto, con estabilidad del empleo, y por otro lado, la conectividad".
También apunto a que "el 90% de la inversión pública lo decide el nivel central. Como cambian las autoridades cada cuatro años, es imposible proyectar políticas públicas a largo plazo".
Arturo Orellana planteó que la situación de Los Ángeles es homologable a la de Chillán y Temuco "por el fenómeno que producen debido a la articulación de las comunas de su entorno. Claramente hay flujos que obliga a mirar a Los Angeles a otra escala".
En ese marco, recalcó que Los Ángeles convive con tres problemáticas: "Por un lado, no es capital regional por lo tanto, el peso de las decisiones no pasa por ahí. Lo segundo es que hay un nivel de centralismo tan grande que no permite que municipios, con el de Los Angeles, no pueda resolver los problemas por su cuenta. Además, tiene una realidad metropolitana que se observa a diario porque lo que pasa en la ciudad incide en las comunas vecinas".
Citó el caso de Chillán "que ha ido mejorando su calidad de vida porque hace una década dejó de ser una capital de provincia y ahora es una capital de una región. Tiene otro nivel de autonomía y eso no es un tema menor".
En ese contexto, Arturo Orellana reflexionó que "si Chillán pudo ser región, Los Angeles perfectamente puede serlo. Cuál es la diferencia entre Chillán y Los Angeles. De hecho, Los Angeles tiene más población que Chillán".
Remarcó que la ciudad "tiene ese aire de provincia. Por lo tanto, es una ciudad a escala humana. Cualquier ciudad que no supera los 250 mil habitantes es manejable. Tiene algo que se debiera conservar. Su sistema metropolitano presta servicios a un conjunto de comunas con identidades distintas. Además, tiene un tejido económico importante que combina lo forestal, lo agrícola y lo de la energía. También tiene buenos servicios, hay menos migración y acoge a estudiantes de las periferias".
A su juicio, el desafío también está "en darle mayores excusas a la gente para que conozca Los Angeles. Hay que construir un conjunto de razones, como museos, bulevares, algo que le dé una identidad. Yumbel tiene más identidad por su fiesta con el santo. Hay que darle una identidad que sea singular que haga que la gente vea la alternativa de hacer una parada cuando va en viaje al sur o al litoral".
Además, remarcó que "Los Ángeles está estratégicamente muy bien ubicada y consolidada, se debe explotar más, se debe construir una imagen que atraiga no solo por temas económicos y productos, sino que también por sus atractivos turísticos".