Mientras en la jornada de este jueves se entregaba el terreno a la empresa para iniciar - por fin - la construcción del complejo fronterizo Pichachén, se proporcionaron detalles sobre el proceso para pavimentar los 57 kilómetros desde hasta el hito fronterizo situado al interior de la comuna de Antuco.
La materialización de ambos proyectos será fundamental para proporcionar conectividad por tierra entre la región del Biobío y la provincia argentina de Neuquén, retomando una ruta recorrida durante siglos por los pueblos originarios.
Juan Carlos Oviedo, director regional de Vialidad, explicó que la empresa Ingelob ya culminó un estudio de ingeniería del camino, que abarca desde el sector Abanico hasta el mismo paso internacional Pichachén (entre el kilómetro 78,5 aproximadamente hasta su término que es el 135). "Estamos hablando que son 57 kilómetros", precisó la autoridad.
El estudio de ingeniería evaluó la viabilidad técnica, económica y ambiental de la ruta, incluyendo un análisis del terreno, diseño geométrico, la determinación de materiales adecuados, el cálculo de costos y el impacto en el entorno. Además, identificó posibles riesgos, sugiere soluciones para garantizar la seguridad, durabilidad y eficiencia del camino.
En ese caso, según Oviedo, también estableció cuál es el tramo que debe ser sometido a un Estudio de Impacto Ambiental (EIA) que corresponde al área del estero Pangue, en el sector del acceso al parque nacional Laguna del Laja. Dicho estudio es necesario debido a ese territorio esa zona protegida como reserva mundial de la biósfera, con especies que solo habitan en esa zona.
"Una vez que eso se defina, la Dirección Nacional de Vialidad podría dar las aprobaciones correspondientes para que este (estudio de impacto ambiental) sea ingresado", reseñó el personero.
Una vez que dicho estudio concluya, el paso siguiente será la gestión de los recursos para la pavimentación del tramo, cuyo costo - en primera instancia - sería de los 200 millones de dólares. Su ejecución sería por etapas.
COMPLEJO FRONTERIZO
A esas alturas, el complejo fronterizo Pichachén - donde funcionarios de Carabineros, Policía de Investigaciones, Aduana y SAG controlan quienes ingresan y salen del país por ese lugar - ya debiera estar completamente operativo. De hecho, de acuerdo a la planificación de las faenas, en las próximas semanas será el inicio de las obras con un centenar de trabajadores contratados, previéndose que el recinto entraría en funciones en el segundo semestre de 2026.
Por eso, este jueves se realizó la entrega de terreno a la empresa que levantará la infraestructura en esa apartada zona de la Cordillera de Los Andes. Debido a las complicaciones geográficas de la obra, el tiempo de ejecución es de 700 días (dos años).
En la entrega estuvieron el seremi del Obras Pública, Hugo Cautivo y el director regional de Arquitectura, Juan Andrés Vega. "Estábamos esperando con mucha ansiedad la entrega de terreno para el inicio de obra del Complejo Pichachén", admitió Cautivo.
El personero explicó que el proyecto es "ampliamente anhelado en la región, que consolida no solo la posibilidad de un mayor intercambio transfronterizo desde el punto de vista de personas y de carga, sino que también una vocación regional en materia de su desarrollo pensando en el mundo exterior".
El seremi precisó que la inversión bordea los 22 mil 600 millones0 de pesos aportados por los Ministerios de Ministerio del Interior y de Obras Públicas, para una construcción de 3 mil metros cuadrados. Serán tres edificios, con áreas de atención de público y para la labor de los funcionarios de Aduana, Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y la Policía de Investigaciones (PDI).
A su turno, el director de Arquitectura del MOP, Juan Andrés Vega, resaltó la importancia de avanzar en el mejoramiento de las actuales condiciones de infraestructura binacional.