Cuando uno tiene interés en asistir a una actividad, no es necesario esperar una tarjeta de invitación. Y si esta es de carácter público, todos tenemos el derecho a participar. Ahora si, además, es un acto cultural, con mayor razón. Por eso concuerdo en gran parte con los organizadores (de Identidad Angelina) cuando señalaron que no habían hecho invitaciones, sino que habían informado del acto a realizar; por lo mismo no había asientos reservados en la ceremonia de entrega de una distinción que anualmente realizan, "porque acá llegan los verdaderos interesados", dijeron.

Tienen razón. Y me parece muy bien. No era una actividad protocolar, era un acto cultural. No había necesidad de reservar asientos. Sí, pero... a veces, una mayor difusión permite mayor asistencia y una consideración que se agradece y que compromete la presencia.

En fin, llegaron los que tenían que llegar.

Y se cumplió el objetivo: rendir homenaje, destacar a un angelino que por sus méritos deportivos se hizo merecedor de esta consideración. Andrés Acuña es un deportista, a quien conocí como estudiante del Liceo de Hombres (A-59), que se dedicó a entrenar y "correr" y que después de ganar muchas competencias en el país emigró a Barcelona, España, donde siguió su carrera y se consagró como un gran atleta. Es un orgullo para nuestra comuna. Volvió a su tierra hace algunos años y, sin duda, es un referente para muchos jóvenes que ven en Andrés Acuña un ejemplo de perseverancia, responsabilidad, disciplina, amor por el deporte, respeto por el atletismo y por la gente. Es una persona de muchas condiciones, que le distinguen. Muy merecido el reconocimiento de la agrupación Identidad Angelina para Andrés Acuña.

En la misma ocasión, el doctor en Artes Visuales (Universidad de Granada, España), y actual académico de la UdeC campus Los Ángeles, Esteban Cárdenas Pérez, ofreció una charla muy interesante sobre los murales de Los Ángeles. Con amenidad, resaltó aspectos muy valiosos de varios murales que a veces no son muy conocidos, especialmente, los realizados por el profesor Anarkos Bermedo Reyes, en 1952 en el Liceo de Hombres, edificio que ahora, remozado, es el actual Centro Cultural Municipal, donde aún se conservan -verdadero milagro- dos murales: "Ayer, hoy y mañana", de 3,50 metros de alto por 12 de ancho, dividido en cuatro cuadros, ubicado en el auditórium; y "Feria Libre", de 468 x 600 cm, en el salón de dibujo del  establecimiento, actual sala de sesiones del Concejo Municipal. Ni los terremotos pudieron contra ellos. ¡Enhorabuena! Merecen una restauración y su conservación. Es nuestro patrimonio.  

Usamos constantemente la palabra "patrimonio", cuyo máximo significado es "lo que recibimos de nuestros padres". El concepto ha variado con el paso de los años. Ahora lo entendemos como lo que nos han dejado las generaciones anteriores, lo que tenemos y debemos valorar. Por tanto no sólo es patrimonio un cuadro, un edificio o una escultura, es mucho más; también, una lengua, un ecosistema protegido, documentos, memorias históricas y un largo etcétera. Es decir, patrimonio es todo lo que nos pertenece. Nuestro deber es conservar, preservar, y por tanto respetar, y querer lo que tenemos. De ahí que es tan importante saber lo que poseemos en la ciudad, y conocer para cuidar y mantener. Con responsabilidad y razonamiento, sin caer en una pasión desmedida que puede tornarse irracional. Por eso es valorable efectuar estas actividades, apreciar lo netamente angelino, y relevarlo (poner en valor), especialmente, en las nuevas generaciones.

Zenón "Cheno" Jorquera