"Los mártires en la Iglesia - escribe el Papa Francisco - son testigos de la esperanza que brota de la fe en Cristo e incita a la verdadera caridad. La esperanza mantiene viva la profunda convicción de que el bien es más fuerte que el mal, porque Dios en Cristo ha vencido al pecado y a la muerte". La Comisión proseguirá la búsqueda, ya iniciada con ocasión del Gran Jubileo del año 2000, para identificar a los Testigos de la fe en este primer cuarto de siglo y luego proseguirla en el futuro.
La palabra "mártir" viene del griego y significa "testigo", el Papa Francisco ha instituido una comisión para conocer los mártires del siglo XXI, pareciera que el martirio es un hecho de las primeras comunidades cristiana y que en nuestros tiempos el martirio no es parte de nuestra realidad como Iglesia, sin embargo, durante este tiempo se investiga la muerte de 550 mártires en nuestra Iglesia y en otras confesiones cristianas.
Pero ¿cómo se llega a tener las palmas del martirio?, según la Apocalipsis cuando habla de estos santos nos dice "«Esos que están vestidos con vestiduras blancas ¿quiénes son y de dónde han venido? Yo le respondí: Señor mío, tú lo sabrás. Me respondió: Ésos son los que vienen de la gran tribulación; han lavado sus vestiduras y las han blanqueado con la sangre del Cordero». (Apocalipsis 7,14). Hoy en pleno siglo XXI tenemos a los mártires que han derramado su sangre por dar testimonio de Cristo, y están los mártires que sin dar su sangre son testimonio de nuestra fe, de hecho nos llegan noticias en estos días de Nicaragua donde han apresado a 12 sacerdotes por hablar contra el régimen de Ortega, pero más que hablar contra el presidente han hablado a favor del empobrecido pueblo de Nicaragua que sigue siendo perseguido por estado y donde muchos están desaparecidos.
Los mártires se van haciendo con el tiempo, son los que día a día se comprometen con los valores que están siendo vulnerados en la imagen de Cristo, son los pobres que piden ayuda al cielo y desde el cielo manda a los testigos a hablar de las atrocidades que se cometen en varias naciones latinoamericanas, son los que han sido acallados y vuelven a hablar, son los que han caído presos y saliendo de las cárceles, como San Pablo, no pueden dejar de proclamar la fe en Cristo, ojala que estos sacerdotes de Nicaragua y los laicos que han sido detenidos sean liberados, pero pedimos a Dios que ya no pisen las cárceles las personas que por predicar el evangelio son apresados.
«Habiendo llamado a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre»." Hechos 5, 41-42 .l
Padre Gustavo Valencia