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El mes de septiembre , durante toda la historia republicana chilena, era considerado el mes de la patria , era el mes que todos los chilenos esperábamos con entusiasmo y orgullo, por qué nos permitía recordar la grandeza y la generosidad de nuestros héroes y libertadores, que sacrificando todo, como fue el caso de O’Higgins, enfrentaron decididamente a los conquistadores españoles hasta hacerlos retroceder de vuelta a su continente, y para luego instalar la naciente República Chilena junto al pueblo , a los trabajadores, a los inquilinos y a todos quienes vivían bajo este "cielo azulado", libre y soberano.
Estos eventos, profundamente arraigados en la memoria del pueblo hacían de este mes algo especial. Había que prepararse, con una buena "tenida", y luego aprovisionarse con lo necesario para la celebración, manteniendo en alto nuestra querida bandera en todo el territorio nacional. Así, el espíritu patriótico se asomaba cada año en el corazón de los chilenos, hasta que en el amanecer del 11 de septiembre de 1973, las fuerzas armadas, en su conjunto, anunciaban que se harían cargo del gobierno, ordenando al Presidente Allende, elegido democráticamente por el pueblo, que abandonara la moneda. Con este acto se rompe la admirable trayectoria republicana y democrática chilena, respetada en el mundo.
Nunca nos imaginamos entonces, cuando recién terminábamos nuestra educación media, que esta dictadura iba a traer tanta muerte, persecución y desolación. Nunca pensamos que el Presidente Allende muriera luchando en La Moneda y que fuera sacado de allí envuelto en un poncho del pueblo, ante la mirada atónita de todo un país y del mundo. Después, durante 17 años vivimos el exilio el horror y la muerte de lo mejor de los chilenos y chilenas. El septiembre de la alegría y del orgullo se fue transformando en el mes del luto, del silencio y la vergüenza. Fuimos la generación diezmada, del "toque de queda" y del "arresto arbitrario", la generación de la búsqueda incesante de tantos desaparecidos; muchos de nuestros compañeros y compañeras envejecieron y murieron peregrinando y tratando de encontrar a sus seres amados .
Sin duda que la dictadura vino a ennegrecer y a apagar todas las luces que iluminaban el cielo de la patria, cuando septiembre aparecía en nuestro calendario , vino a llevarse la historia genuina que enorgullecía a un pueblo entero , también vino a llevarse a nuestro compañero de curso del Liceo de Hombres , Héctor Moreno Campuzano , hijo del Dr . Moreno, a quien tanto queríamos y respetábamos, vino a llevarse nuestros sueños y nuestro derecho a vivir en libertad.
En este septiembre del 2024, en democracia y en libertad y con todas las contingencias que tenemos que superar , el pueblo chileno es capaz de abrazarse , mirar el futuro y seguir construyendo la nueva historia .
Mario Morales Burgos
Profesor
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