Opinión

Si me dijeran que viviría hasta hoy, "dejaría el siguiente mensaje"

Claudio Zunino, Docente INACAP Sede Los Ángeles
Claudio Zunino, Docente INACAP Sede Los Ángeles / FUENTE: INACAP Los Ángeles

Sabemos que día a día nacen millones de personas en este mundo, todos con un propósito y un fin en esta vida. Al pasar el tiempo nos vamos formando y transformando según el seno donde habitamos y nuestras experiencias adquiridas. Cada experiencia nos entrega las herramientas necesarias para enfrentar el mundo, generar nuevas ideas, apoyarnos los unos a los otros, generar consciencia en todos los sentidos, crecer y desarrollarnos. Sin embargo, sabemos que muchas de estas instancias también son negativas, lo que genera un sentido contrario al crecimiento y desarrollo personal. Por consiguiente, algunas personas no son partícipes de una sociedad que genera cambios para un mundo mejor, y esto es a consecuencia de no haber tenido la oportunidad de formación, tanto en su hogar como las escuelas donde se han formado. 

En relación a ello, la autora Razeto, en su estudio "El involucramiento de las familias en la educación de los niños. Cuatro reflexiones para fortalecer la relación entre familias y escuelas" expone que: "las capacidades de las familias para llevar a cabo su cometido educativo no están equitativamente distribuidas, puesto que la pobreza, el nivel educacional de madres, padres o cuidadores, y su capital social influyen en el desarrollo y el desempeño escolar de niñas, niños y adolescentes". (p.9). Lo anterior, me lleva a reflexionar que debemos preocuparnos de nuestros niños, niñas y adolescentes vulnerables quienes no tienen acceso a una educación equitativa y de calidad, y que ellos puedan acceder a nuevos espacios de participación que les permitan no solo conocer y aprender, sino que también transformar y situarse como agentes de cambio en sus familias, comunidades y país. (UNICEF, 2021). 

Esto conlleva a que cualquier agente que tiene acceso a la educación debe tener las mismas oportunidades, y acceso de calidad a las herramientas proporcionadas, pues situación actual del mundo exige una gran transformación de la educación para reparar las injusticias del pasado y mejorar nuestra capacidad de actuar juntos por un futuro más sostenible y justo. (UNESCO, 2021). Entonces, puedo expresar que todo niño, niña y adolescente simboliza la promesa viva de que el mundo se puede transformar, en el futuro, en un mejor lugar. Son un regalo preciado que debe ser cuidado como el mayor tesoro de la humanidad. Por esto, se debe prestar debida atención a quienes no están siendo participes de recibir aquellas herramientas que aporten a generar cambios en el futuro, y que aprendan habilidades para la vida, el trabajo, y el desarrollo sostenible. 

Por esto, he querido dejar escrito estos mensajes:

El primer mensaje va hacia las familias. Cuiden los pensamientos y valores de sus niños y niñas y adolescentes para que ellos sean un aporte a nuestra sociedad, para que aprecien y respeten a sus pares, solidaricen con el más débil, generen consciencia, piensen críticamente en temas contingentes de la actualidad, sean comprometidos y responsables con su vida. Ellos desde pequeños experimentan un proceso de descubrimiento de sus capacidades y potencialidades que les permite actuar en la vida. Por favor, sean conscientes en cada herramienta que les entregamos, porque de esto dependerá el aporte que él o ella le dará al mundo. Sean participes de su educación, tanto en casa como en la escuela, puesto que ellos, al sentir involucrada a la familia en el proceso educativo se sienten más seguros y comprometidos en dar un mejor rendimiento. En algunos casos se puede obtener como resultado excelentes calificaciones y un buen comportamiento a nivel general. (UNIR, 2021).

El segundo mensaje es hacia las escuelas y colegios de cualquier índole. Eduquen a los niños y niñas desde que ingresan al establecimiento, entregando no solo conocimiento técnico sino herramientas que les ayuden a enfrentar el mundo. Hagan de la escuela un lugar divertido y didáctico, donde el estudiante se sienta pleno y feliz aprendiendo, en donde todo lo que aprenda pueda ser aplicado a la vida real. Sean conscientes de que cada cambio o política nueva en el establecimiento, repercutirá directa y estrechamente en sus educandos. Creen instancias donde el aprendiz, sea capaz de sacar su mayor potencial, donde comparta y exprese sus emociones. Considerando lo expuesto anteriormente, en el informe Hallazgos en Estudios de Calidad de la Educación, por la Agencia de Calidad de la Educación  (2014-2017) se expresa que: "la generación de un ambiente escolar adecuado para el desarrollo integral de los estudiantes, debe poseer un enfoque pedagógico que acoja y valore la diversidad de los niños y jóvenes, que considere las necesidades de los estudiantes de acuerdo a su ciclo de desarrollo y a sus intereses particulares, y que releve la importancia de las habilidades socioemocionales, son condiciones que permitirán avanzar a una educación inclusiva, equitativa y de calidad". (p.34).

El tercero va como mensaje a los gobiernos. Hagan su mayor esfuerzo en destinar recursos para las familias y escuelas para que puedan educar a sus niños y niñas desde que ellos nacen. No basta con enviar solo ayuda económica, sino existe un fin de por medio. Sean conscientes de que no solo es la creación de políticas y leyes, sino que se debe hacer un seguimiento constante de aquello que se está realizando. Aporten desde su experiencia en conseguir que el país prospere en todos sus sentidos, generando instancias donde ellos puedan aportar al futuro.  Y tengan en consideración que, la educación en derechos humanos, junto con las transformaciones jurídicas y administrativas del Estado, es considerada una de las medidas más efectivas para avanzar en el pleno ejercicio de los derechos de niños, niñas y adolescentes. (UNICEF, 2022).

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