Crónica Ciudadana

Margarita Valenzuela: "Mientras mis pies me acompañen y mi mente lo permita, seguiré siendo bombera"

Con más de 27 años de servicio, la bombera honoraria de Nacimiento, y encargada del Departamento Social, recuerda su trayectoria en la institución como una experiencia que volvería a repetir y desde más temprana edad.

Margarita Valenzuela, bombera, Cedida
Margarita Valenzuela, bombera / FUENTE: Cedida

La Real Academia Española define empatía como "identificación mental y afectiva de una persona con el estado de ánimo de otra". Pese a que es común escuchar el uso de esa palabra, no es tan común que sea una cualidad característica.

Margarita Valenzuela es una mujer que siente y representa la empatía. A sus 79 años y después de una larga trayectoria como paramédica, bombera y voluntaria, su corazón sigue deseando ayudar y generar cambios positivos en la vida de las personas que la rodean.

Margarita es angelina, nacida y criada en la ciudad hasta los nueve años. Por decisión de sus padres, se fue a estudiar en el internado de las Madres Dominicas en Concepción. Tras completar su enseñanza media, regresó a Los Ángeles para estudiar como paramédico en el hospital de la ciudad. Posteriormente, Margarita y dos colegas se trasladaron a Nacimiento para ejercer su profesión.

Esta mujer de corazón valiente emprendió la aventura sin saber que en esa localidad no sólo encontraría su trabajo, sino también el amor, la familia y la pasión por ayudar al prójimo. A su llegada a Nacimiento, con el tiempo contrajo matrimonio con Hernán Mege Valdebenito, su colega y amigo, quien años más tarde se convirtió en el padre de sus tres hijos: Mónica, Mauricio y Ricardo.

Actualmente, viven los dos solos. Tal como ella lo describe, llevan una vida tranquila "rodeada de mucho cariño de la familia porque nuestros hijos nos han dado seis nietos y aparte de eso también tenemos una bisnieta que ya tiene 11 años".

Margarita Valenzuela / Nacimiento
Margarita Valenzuela Nacimiento

TRAYECTORIA EN BOMBEROS

Desde joven, Margarita se dispuso al servicio de las personas. En primera instancia, como paramédica para con los años unirse al Cuerpo de Bomberos de Nacimiento, institución donde ha tenido un rol fundamental. "Como paramédico, siempre dije el día que yo no trabaje, voy a entregar mi servicio gratuitos alguna institución", comentó.

¿Por qué Bomberos? Conforme a su relato, todo nació con la invitación de un amigo que ella sintió que venía del corazón. 

A sus 50 años, Margarita se convirtió en rescatista y bombera: "Es una labor muy bonita, muy bonita el entregarse a los demás, sin temor ni siquiera de su vida", expresó emocionada.

Pese a sus estudios de paramédico, Margarita comentó que debió prepararse para ser rescatista, lo que estudió en Santiago.

Entre sus experiencias, que son muchas, destaca que siempre se sintió respetada y querida por sus compañeros, considerando que en ese tiempo no era común una mujer bombera.

"He sido respetada por todos los varones que han participado, siempre un muy buen trato conmigo y el hecho de decirme tía Maggie, ya lo dice todo para mí. Ya han transcurrido 29 años más, para mí es un gran logro y pretendo seguir participando ahora como a cargo del Departamento Social".

En su trayectoria dentro de la institución, Margarita ha ejercido como directora de la Primera Compañía y tesorera de la Quinta Compañía. "Un tiempo que estuvimos separados los rescatistas, éramos la Quinta que después se disolvió y fuimos en diferentes compañías. Me quedé en la Primera porque ahí había ingresado", relató.

A causa de su constante trabajo y dedicación, ha obtenido distintos premios, entre los que resalta el reconocimiento como destacada a nivel provincial, además de lo que fue el Día de la Mujer y su labor en bomberos de Chile.

Aun cuando constantemente recibe distinciones, Margarita indica que ella está al servicio de la comunidad porque la hace sentir viva.

"Me gusta ayudar al prójimo y me ayudaba, o sea, me hace sentirme feliz, una persona viva todavía. Y mientras mis pies me acompañen y mi mente lo permita, seguiré siendo bombera".

Para Margarita, la institución bomberil es una familia unida, que trabaja desinteresadamente por el bienestar de las personas: "Es gente sacrificada, esforzada y responsable que han salvado vidas, es digno de enaltecer cada día a los bomberos porque entregan su vida a cambio de nada, a veces ni siquiera por las gracias de alguien, pero ellos sí se sienten contentos con la labor que desempeñan".




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