(EFE).- Convertirse en la capital deportiva de América a partir del próximo 20 de octubre, con la inauguración de los Juegos Panamericanos Santiago 2023, ha significado para el Estado chileno 650 millones de dólares repartidos entre infraestructura y organización del evento deportivo más grande del continente, según cifras del comité organizador.
Serán 17 días de competición de los Panamericanos en los que hay 41 países involucrados, y otros 10 días de Parapanamericanos, que se disputarán del 17 al 26 de noviembre, pero una exposición de Chile como país que se estima para 200 millones de telespectadores.
Albergar los Juegos requirió este millonario desembolso que, no obstante, sigue siendo muy inferior a los 1.200 millones de dólares empleados en Lima 2019 o los 2.000 millones de Toronto 2015.
El presupuesto de Santiago 2023 creció un 225% con respecto a los 200 millones de dólares anunciados inicialmente en 2017 cuando la capital del país austral fue ratificada como sede, a finales del gobierno de Michelle Bachelet.
Los retrasos en las obras durante la administración de Sebastián Piñera debido al estallido social de octubre de 2019 -que paralizó a gran parte del país durante casi tres meses-, y la pandemia de Covid-19 que produjo un largo confinamiento que detuvo la construcción, aumentaron la factura.
La organización de los Juegos suma aportes de la empresa privada, pero el 98 por ciento de los recursos provienen del Estado. Esa inversión se divide en 420 millones de dólares en activos y 230 millones de dólares empleados en bienes de consumo, detalló Harold Mayne-Nicholls, director ejecutivo del evento.
La cuenta de los activos no incluye los 100 millones de dólares de la Villa Panamericana, un complejo de viviendas construido en la capital chilena con 17 torres en 6 hectáreas donde se ubican 1.355 departamentos en los que se alojarán los 9.000 atletas y que luego se destinarán a familias vulnerables con subsidios del ministerio de Vivienda.
Las obras de los Juegos Panamericanos se centran en seis grandes proyectos que son construcciones nuevas y la remodelación profunda de tres existentes, que implica la actualización a estándares internacionales con el fin de que Chile pueda albergar competencias de carácter mundial en adelante.
La construcción más costosa y técnicamente más compleja ha sido el Centro de Entrenamiento de los Deportes Acuáticos con un monto aproximado de 60,9 millones de dólares, según cifras del Instituto Nacional de Deportes chileno (IND).
El recinto tendrá tres piscinas certificadas por World Aquatics. Esto permitirá a Chile postularse como sede para Mundiales y otros eventos del circuito mundial de la disciplina gracias a la tecnología de sus paneles para la medición final de los tiempos y al sistema de limpieza con cañones de radiación ultravioleta, utilizado también en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
La explanada de los Deportes Urbanos donde se disputará el Baloncesto 3x3, BMX freestyle, Escalada y Patinaje skateboarding, y el Centro de Deportes Colectivos (Gimnasia, Baloncesto, Balonmano y Vóleibol) también tuvo una cifra conjunta de alrededor de 44 millones de dólares.
El presupuesto estimado solo por infraestructura hace dos años era de 170 millones de dólares, pero ha sufrido un incremento de aproximadamente 25 por ciento. Entre las obras nuevas destaca el Polideportivo Centro de Entrenamiento Paralímpico, primer recinto del país construido para los para atletas, cuyo presupuesto inicial rondó los 11,5 millones de dólares.
Entre estrenos y remodelaciones los costos de inversión inicial divulgados por el IND fueron de: Centro de Entrenamiento y Competencias del Hockey Césped (7,9 millones de dólares), Centro de Deportes de Contacto (11,9 millones de dólares), Centro de Entrenamiento del Atletismo Mario Recordón (28,3 millones de dólares) y el Centro de Entrenamiento del Tenis y Deportes de Raqueta (23,3 millones de dólares).
Mención especial también tiene la obra Parque Deportivo Estadio Nacional, una extensión de más de 30 hectáreas anexas a los recintos deportivos con vías peatonales, canchas y espacios públicos para la práctica de deportes, áreas verdes, ciclovías, entre otras construcciones que se presupuestó por 24 millones de dólares.
En lo que respecta al apoyo de la empresa privada, los aportes hasta la fecha rondan los 25 millones de dólares entre recursos financieros y productos, según Mayne-Nicholls, y forman parte del 35 por ciento que representan los bienes de consumo en el presupuesto.