Editorial

Inteligencia artificial

inteligencia artificial, robot, ai, Pixabay
inteligencia artificial, robot, ai / FUENTE: Pixabay

Este 2023 será recordado, sin duda, como el año en que la Inteligencia Artificial dejó de ser un concepto para estar presente en nuestra cotidianeidad. Ya no se trata de un asunto que solo era entendido y operado por expertos en informática, sino que cada está llegando a más hogares, a las personas comunes y corrientes.

En la música, por ejemplo, el uso de la IA estuvo marcado por un chileno que presentó un tema de su autoría pero que empleó voces de artistas consagrados. El impacto de su creación fue mundial y los expertos ya definen que hay un antes y un después a partir de ese episodio, más aún cuando esa acción no estaba regulada por ningún marco legal. Y así como sucede en la música, cada vez está más presentes en los asuntos habituales.

La IA es un campo de la informática que busca desarrollar sistemas y programas capaces de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana. Su objetivo es potenciar y automatizar tareas y mejorar la eficiencia en las diversas áreas.

Sin embargo, ha sido tal el avance de esta tecnología que algunos puestos de trabajo han sido reemplazados por la IA. Una encuesta en la que participaron mil personas, denominada "Ansiedad ante la inteligencia Artificial", realizada por Corpa Estudios de Mercado y la Universidad de Los Andes, se centró en conocer los temores dela población respecto a la inteligencia artificial en el ámbito laboral y personal.

Entre los resultados destaca que el 73% de los consultados dice que le causa preocupación que la IA reemplace el trabajo que realizan las personas. Más de la mitad de los encuestados asegura que le genera ansiedad la incertidumbre respecto a cuáles pueden ser los niveles conciencia que logra alcanzar la lA. Frente a la consulta, "¿qué tan familiarizado consideras que te encuentras con la inteligencia artificial?", sólo el 11% dijo estar muy familiarizado, mientras que el 52% señala estar nada o poco relacionado.

Para garantizar un uso ético y seguro de la Inteligencia Artificial, se pueden tomar varias medidas, como desarrollar modelos de IA que sean comprensibles y explicables para los usuarios y los expertos, lo que ayuda a mitigar el riesgo de decisiones injustas y permite una mejor supervisión.

Es fundamental la realización de auditorías periódicas para identificar y abordar sesgos en los datos y en los modelos de IA, evaluando sistemáticamente el impacto ético de la tecnología.

Un dato no menor es asegurarse de que los equipos de desarrollo de IA sean diversos e inclusivos, lo que puede ayudar a evitar sesgos inherentes y a garantizar que los productos sean beneficiosos para todos.

En ese marco, son fundamentales las leyes y regulaciones. Se deben implementar y fortalecer normas que aborden los riesgos asociados con la IA, garantizando la protección de la privacidad, la equidad y la seguridad.

Todo lo anterior debe fomentar la investigación y el desarrollo de la inteligencia artificial ética y responsable, lo que implica considerar las implicaciones éticas desde las etapas iniciales del diseño y desarrollo, sopesando sus riesgos y beneficios, siempre promoviendo el uso ético y responsable de la tecnología.

Al cabo, el objetivo es encontrar un equilibrio entre aprovechar los beneficios de la inteligencia artificial y mitigar sus riesgos potenciales para garantizar un impacto positivo en la sociedad.

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