Medio Ambiente

Terremotos en Chile: Experto llama a evaluar impacto ante posibles eventos catastróficos

En entrevista con diario La Tribuna, académico de la Universidad de Concepción señaló que ante un escenario incierto es de vital importancia anticiparse y lograr determinar el estado actual de la infraestructura para definir planes que permitan mitigar la vulnerabilidad ante un
evento sísmico.

Foto de archivo 27/F en Los Ángeles, Diario La Tribuna
Foto de archivo 27/F en Los Ángeles / FUENTE: Diario La Tribuna

En la noche del 16 de julio, en la región del Biobío, al igual que otras nueve regiones del país, se registró un fuerte sismo, que el doctor en Ciencias de la Tierra, Jesús Piña Valdés, no dudó en calificar como "un terremoto, de magnitud 6.6 en la escala de momento", en entrevista con diario La Tribuna.

Ese evento sísmico, ocurrido a las 23,05 horas, alcanzó una magnitud de 6.6 grados y su epicentro se localizó a 50 kilómetros al este de Lonquimay, según la información del 

Centro Sismológico Nacional (CSN).

A 13 días de ese movimiento telúrico, y siendo las 22,16 horas, otro sismo de magnitud 5.0 en la escala de Richter, afectó al Biobío y otras regiones. Según el Centro Sismológico Nacional, el epicentro se localizó en Arauco. 

Aunque en ambos eventos sísmicos no hubo daños ni mayor impacto material visible, la prevención y preparación siguen siendo de vital importancia.  

UN PAÍS ALTAMENTE SÍSMICO

En entrevista con diario La Tribuna, el doctor en Ciencias de la Tierra, Jesús Piña Valdés, ingeniero civil en Obras Civiles, y profesor asistente del Departamento de Ciencias Geodésicas y Geomática de la Universidad de Concepción Campus Los Ángeles, abordó diversos aspectos considerando las características de Chile, que lo convierten en un país propenso a la actividad sísmica debido a su ubicación en el "Cinturón de Fuego del Pacífico".

¿Por qué razón el área conocida como "Cinturón de Fuego del Pacifico", en la que se encuentra chile, es una zona altamente sísmica?

En primer lugar, es necesario tener claro que el Cinturón de fuego del pacifico es una delgada franja que bordea prácticamente la totalidad del océano pacifico. Esta franja se define a partir de la presencia de volcanes activos que recorren el margen oeste de América y el margen oriental de Asia y Oceanía, de allí su nombre. Esta actividad volcánica se debe a procesos de colisión tectónica que generan la subducción, que hunde bajo las placas continentales las placas oceánicas que conforman el fondo marino del Océano Pacífico. Este proceso de colisión, además de generar volcanismo, hace que los bordes de las placas tectónicas que colisionan, se deformen intensamente acumulando energía elástica, la que puede ser liberada violentamente como ondas sísmicas durante un terremoto, generando el movimiento oscilatorio de suelo al que conocemos coloquialmente como "temblor".

¿Qué factores contribuyen a la frecuencia de eventos sísmicos en Chile?

Para responder a esta pregunta, debemos entender que los terremotos o sismos son uno de los mecanismos que tiene la corteza terrestre para liberar la energía elástica que se acumula en ellas. En el contexto tectónico chileno, esta energía se genera producto de la colisión entre las placas de Nazca y Sudamericana, lo que deforma lentamente las rocas, hasta que alcanzan el límite de su capacidad de almacenamiento, rompiéndose de forma violenta y liberando esa energía en forma de ondas sísmicas. Por lo general, las zonas de la corteza con menos capacidad de almacenamiento de energía elástica, son aquellas zonas donde la corteza ya se encuentra fracturada, fracturas que denominamos ‘fallas geológicas’. Una vez liberada esta energía, la falla vuelve a acumular energía lentamente, conformando lo que se denomina "Ciclo Sísmico".

¿Cuál es el principal motivo de la alta recurrencia sísmica en Chile?

Los factores que más contribuyen a la recurrencia de los eventos sísmicos son la velocidad de acumulación de energía elástica y la capacidad de las fallas geológicas de almacenar esta energía. Estos dos factores son controlados por la velocidad de convergencia de las placas tectónicas y el comportamiento elástico de las rocas que conforman las placas. Si consideramos que en general no existe una gran variabilidad en el comportamiento de las rocas, el principal motivo de la alta recurrencia sísmica en Chile, responde a la alta velocidad de convergencia de las placas de Nazca y Sudamericanas (de ocho a nueve centímetros por año).

¿Cómo afecta la profundidad de un terremoto o evento sísmico al impacto que genera en la superficie?

Responder a esta interrogante no es sencillo, dado que el impacto que un terremoto depende de múltiple factores que varían de forma diferente con la profundidad. Sabemos que factores tales como el nivel de confinamiento de las rocas, su temperatura y los minerales que las conforman, tienen un impacto enorme en la capacidad de las rocas de almacenar energía elástica, además de afectar la forma en que la ruptura sísmica se propaga, en algunos casos, estas variables pueden aumentar lo disminuir la capacidad de las rocas de almacenar energía, además controlar la energía sísmica liberada por las ondas. Por otra parte, sabemos que las ondas sísmicas disipan su energía a lo largo de su recorrido, por lo que no se puede establecer de forma general cual será el impacto de la profundidad en el poder destructivo de un terremoto, sin analizar otro tipo de factores tales como el tipo de terremoto y la distancia de su epicentro con zonas habitadas. 

DEFINIR Y ANALIZAR POSIBLES ESCENARIOS

Chile enfrentó el terremoto más grande, nunca antes visto en el mundo, en mayo de 1960. De magnitud 9,5 Richter, Valdivia fue el escenario de la energía de la tierra que por más de diez minutos trajo consigo un tsunami y la devastación de la zona.

En febrero de 2010 otro terremoto posicionaba a Chile en el segundo lugar mundial. Su magnitud fue de 8,8 Richter, convirtiéndose en la peor tragedia natural vivida en Chile desde 1960. 

Dado que Chile ha experimentado terremotos devastadores en el pasado, como el de Valdivia en 1960, ¿cuáles son las lecciones aprendidas en términos de preparación y mitigación de riesgos sísmicos? La ocurrencia de grandes terremotos, como el de Valdivia en 1960 (Mw = 9,5) o el de Japón en 2011 (Mw = 9,1), nos muestra que eventos mayores a los previamente observados pueden llegar a ocurrir siempre que las condiciones físicas y geológicas sean las adecuadas. Esto nos hace reflexionar sobre el hecho de que fenómenos geológicos, como los grandes terremotos, tienen recurrencias temporales mucho mayores a las que los humanos estamos acostumbrados a considerar.

En este escenario, debemos tener en cuenta que si bien se ha avanzado en el estudio y caracterización de fuentes sísmicas, lo que nos permite definir y analizar posibles escenarios de eventos sísmicos catastróficos, siempre existe la posibilidad de que suceda un evento jamás antes observado en la zona, lo que hace que su predicción sea casi imposible. Esto sugiere que probablemente no seamos capaces de predecir cuándo ocurrirá el próximo gran terremoto, pero sí podemos estimar el posible impacto de futuros eventos catastróficos en nuestro territorio, considerando el estado actual de nuestra infraestructura y la condición de nuestra población, lo que permite identificar infraestructura vulnerable, establecer planes de acción e inversión para mitigar la vulnerabilidad en un evento sísmico y definir estrategias de alerta temprana que permitan a las autoridades tomar decisiones que permitan que socorrer a la población afectada de forma rápida y eficiente.

¿Qué técnicas y tecnologías se utilizan actualmente para monitorear y predecir los terremotos en Chile?

En primer lugar, hay que mencionar que hoy en día aún no tenemos un conocimiento suficiente como para poder predecir un evento sísmico, sin embargo, los avances en geodesia satelital como el desarrollo de satélites con sensores de radar y el desarrollo de sistemas de posicionamiento satelitales de alta precisión, tales como los sistemas GPS, nos han permitido observar, en superficie, el proceso de deformación de la corteza terrestre generado por la convergencia de las placas tectónicas. Esto nos ha permitido identificar zonas de la corteza y de la subducción donde hay mayor acumulación de energía, y por lo tanto tienen una mayor probabilidad de generar un terremoto o sismo de magnitud importante. Este tipo de técnicas nos ha permitido estudiar las fallas y fuentes sísmicas  superficiales (menos de 60 km), como es el caso de los terremotos de la interface de subducción (zona de contacto entre placas) o terremotos de intraplaca superficiales (como el caso de la Falla de San Andrés en California o la Falla del Norte de Anatolia en Turquía), sin embargo la eficacia de estas tecnologías en el estudio de fuentes sísmicas profundas, como el caso de terremotos de intraplaca de profundidad intermedia,  es aún muy limitado, lo que dificulta el estudio de recurrencia de este tipo de sismicidad.




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