Es un lugar común decir que las aguas del estero Quilque, que atraviesa la ciudad de Los Ángeles de oriente a poniente, están muy sucias y contaminadas.
Esos comentarios se leyeron nuevamente, a raíz de la convocatoria a participar en una bajada en kayak por el estero, entre las avenidas Las Azaleas y Padre Hurtado, prevista para este domingo.
En la publicación del evento que organiza la agrupación Quilque Ancestral, los usuarios advierten de los supuestos riesgos sanitarios por navegar en esas aguas, planteando incluso la posibilidad de contraer infecciones y enfermedades debido a que el estero recibe las descargas de aguas servidas de la ciudad.
Sin embargo, la realidad es distinta. Hay que hacer el punto en que efectivamente el estero Quilque fue usado durante décadas para la evacuación de las aguas del alcantarillado. De hecho, algunas personas recuerdan que en ciertos puntos del curso de agua, en su paso por el centro de la ciudad se veían (y olían) unos gruesos tubos vaciando esa pestilencia ¡Guácala!
Sus consecuencias no se limitaban a contaminar el río por la descarga de desechos. También afectaba la actividad agrícola hacia el poniente de la comuna. En sectores como Virquenco y Santa Fe, que sacaban aguas del estero, no podían desarrollarse cultivos a ras de suelo, como las lechugas, por el riesgo de ser regados con aguas repletas de las mejores coliformes fecales ¡Doble guácala!
Sin embargo, todo cambió en 2003. ¿Qué sucedió? Pues bien, ese año se echó a andar la planta tratadora de aguas servidas. Situada en el sector poniente de Los Ángeles, recibe todas las descargas de desechos del área urbana de la ciudad, las trata y devuelve el agua al Quilque en condiciones de ser usada para el riego.
La puesta en operaciones de la unidad, perteneciente a la Empresa de Servicios Sanitarios del Biobío (Essbío), eliminó todas esas descargas de aguas contaminadas al Quilque (también las que se hacían al estero Paillihue).
Además, permitió que unas 6 mil hectáreas de la zona de Virquenco y Santa Fe ahora no tuvieran limitaciones a la hora de desarrollar sus cultivos.
Según la sanitaria, las aguas servidas de Los Ángeles que provienen de los hogares urbanos "son recolectadas a través del alcantarillado y conducidas a una planta de tratamiento de aguas servidas, que las depura y devuelve al estero Quilque, limpias y libres de agentes patógenos".
De acuerdo a Essbío, "este proceso cuenta con los más altos estándares de calidad, realizándose monitoreos permanentes en cada una de las unidades del proceso y velando porque la calidad del efluente que se descarga a este importante cuerpo de agua, desde la planta, cumpla con la normativa vigente".
El antecedente fue corroborado por la Asociación de Canalistas del Laja, organización que utiliza el cauce del estero Quilque para trasladar aguas de regadío hacia los agricultores de la zona poniente, como Virquenco y Santa Fe. De acuerdo a los regantes, "hoy las aguas del estero Quilque son como las de cualquier otro cauce natural".
Hay que reconocer cierto que siempre ha habido y habrán inescrupulosos que lo usan para como tiradero de basuras de todo tipo. Se dice que se han visto colchones, televisores y fruta de la estación flotando por sus aguas.
Sin embargo, esa situación se replica en cualquier curso de agua a lo largo y ancho de nuestro país. Lamentablemente no somos la excepción.
Lo importante de esta historia es que si bien nuestro estero Quilque no tiene entre sus características distintas el paso de aguas cristalinas, hace más de 20 años que ya no recibe las descargas del alcantarillado y puede ser navegable en kayak, como lo proponen los organizadores del evento pactado para este domingo.