Partidos políticos y candidatos

Mario Morales Burgos, profesor

por Mario Morales Burgos, profesor 03 Julio 2024

Como sabemos, los partidos políticos, desde sus orígenes, han sido considerados los verdaderos motores de la democracia, gozando de mucha representatividad y confianza de la gente y de sus militantes. Los partidos, voceros del pueblo, eran respetados y reconocidos, despertando en los ciudadanos los anhelos de ser militante; cuestión que para muchos era un honor, sin embargo, hoy, el desprestigio los ha llevado a tocar fondo y al enjuiciamiento colectivo de una sociedad que no está disponible a traspasar su poder a "los políticos", porque éstos ya no representan sus intereses.

¿Qué es lo que ha desperfilado a los partidos políticos, alejándolos del pueblo y de su rol fundacional? La pérdida de disciplina, de consecuencia y coherencia, su distanciamiento de las bases militantes, las luchas internas por el poder dirigencial y representativo, su vinculación con la corrupción y la búsqueda ilegal de financiamientos externos, sobrepasando todas su doctrinas y principios éticos, fuertemente reprochados por la gente. Esta larga e inconclusa lista de situaciones ha llevado a todos los partidos, sin excepción, a trasgredir sus principios fundacionales, provocando una crisis gigantesca, que se ha traducido en una fuga de sus mejores militantes y cuadros políticos, que casi siempre son ignorados y también al enjuiciamiento de otros, por actos de corrupción y falta a la ética social y partidaria. Las elecciones internas de los partidos evidencian la pobreza de militancia y luego los magros resultados electorales los dejan al borde de desaparecer de los registros del Servel. Falta remarcar aquí la lucha por el poder, que pone en serias dificultades a los partidos, en tiempos de elecciones, a la hora de buscar sus candidatos para que los representen en los diferentes estamentos del Estado. Es aquí, en esta coyuntura, donde aparecen los grupúsculos de poder, que aún prevalecen al interior de los partidos, imponiendo nombres y militantes, que en la mayoría de los casos están muy lejos de poseer los conocimientos, méritos y cualidades que el mundo de hoy espera ver en la política; salvo honrosas excepciones, los candidatos casi siempre resultan ser los más osados, y trepadores, los disponibles de siempre , con un discurso añejo, lleno de lugares comunes y de frases aprendidas, sin contenido, sin ideas transformadoras e innovadoras, sin una mirada estratégica y visión de futuro; pues todos estas exigencias de la modernidad, para nuestras desdichas, están fuera de los Partidos Políticos, y es esa nueva generación de profesionales que ha crecido y se ha desarrollado al margen de todos los vicios de la política partidaria clásica, y que por ello mismo, mantiene distancia de ella, y miran, abismados, desde fuera, como las minorías vociferantes tratan de convocar a la gente y al pueblo que, confundido, se va quedando sin horizontes.

En medio de este panorama, si algo tuviéramos que refundar es, sin duda, nuestros partidos políticos, poniendo en el corazón lo mejor de su historia y luego invitar a participar a toda esa inteligencia y capacidad transformadora, capaz de enfrentar los desafíos del futuro: la digitalización, IA, manejo e interpretación de datos y la correcta utilización y aplicación de la tecnología orientada a resolver, de manera eficiente, los problemas de la gente.

Es urgente revalidar y renovar la política y sus partidos, recuperar la vocería, con militantes y adherentes reconocidos y respetados por sus comunidades. Desde la política, tenemos la responsabilidad de devolverle a nuestro pueblo, la posibilidad de soñar, para hacer renacer las nuevas utopías, en este vertiginoso mundo que amenaza con dejarnos al margen de la historia.

Mario Morales Burgos

Profesor.