Los 10 de enero deberíamos conmemorarlo como un hito trascendente en la historia de Los Ángeles, día de celebración, en que el futuro libertador americano se lanzó a la vida política nacional acá en su tierra, fecha que la quisiera hacer propia cualquier ciudad de Chile, y que nosotros la dejamos pasar indiferente todos los años, oculta entre otros sucesos de nuestro patrimonio histórico tan poco reconocido.

Una de las medidas adoptadas por la Primera Junta de Gobierno del 18 de septiembre de 1810, fue convocar a un Congreso Nacional. En ese momento se elaboró un reglamento electoral para elegir a los miembros representantes del país, y así llevar a cabo las primeras elecciones de diputados en la historia de Chile, el Parlamento se inauguraría el 4 de julio de 1811.

La primera villa en el país en elegir a su diputado fue Los Ángeles, el 10 de enero dicho año. Pero el preludio para ese día no estuvo exento del aún mal hábito centralista de imponer candidatos.

Agustín Eyzaguirre, uno de los impulsores de la junta gubernativa, preocupado por la idoneidad de los candidatos, manifestó abiertamente a las autoridades angelinas, el nombre de su hermano y de otros dos personajes foráneos para la papeleta. Sin embargo, aquella memorable jornada, y antes de comenzar el sufragio, de improviso surgieron voces y la aclamación general del pueblo con el nombre de otro vecino.

Como señaló el historiador Domingo Contreras Gómez: "los vecinos de Los Ángeles, eligieron, en cambio, con un acierto profético, al hombre que iba a convertirse, a breve plazo, en la figura central de la revolución de la independencia, al subdelegado accidental de La Laja y alcalde en propiedad de la villa de Los Ángeles, don Bernardo O´Higgins".

Bernardo O’Higgins había llegado a vivir a Los Ángeles desde Europa, el verano de 1803, a los 24 años. Por virtudes de carácter, y ser hijo del bien recordado virrey, con el tiempo lo reconocieron como vecino ejemplar, querido por todos los angelinos, en general por la población fronteriza, hispanocriollos y mapuche.

Por lo anterior, ese 10 de enero fue todo una fiesta, los vecinos de Los Ángeles no pudieron estar más satisfechos de su elección. El escribano Miguel de Burgo cinceló en acta todo lo ocurrido ese día, señalando entre otras cosas, que luego de la aclamación en el Fuerte, frente a la plaza de Armas: "Se dirigió el concurso a la iglesia parroquial (llevando a los señores diputados electos entre el señor gobernador de las armas y el cura vicario interino), desde ahí se cantó el Te Deum; y regresados, fue excesivo el júbilo del pueblo, repitiendo vivas a los protectores de sus derechos, a que correspondieron los verdaderos patriotas con arrojarles monedas; y de común consentimiento, acordaron hubiese en la noche iluminación general, fuegos artificiales y un convite general de refresco, música y baile, acreditando por estos hechos la sincera complacencia de que se hallan poseídos por tan acertada elección".

Luis Garretón Munita

Instituto O’Higginiano de Los Ángeles