Luego de la expansión mundial del coronavirus, la aparición de brotes de enfermedades en países asiáticos concentra el interés y la atención de los países del mundo. Esta vez es el turno del síndrome de choque tóxico estreptocócico o enfermedad carnívora, una patología mortal que puede producir cuadros de necrosis en los tejidos que cubren la musculatura de los pacientes diagnosticados.
Esta vez la preocupación se generó a raíz de un aumento inusitado de los casos dentro del país japonés, no por la aparición del síndrome, ya que anualmente se contabilizan entre 100 y 200 diagnósticos. Un panorama sanitario que durante los últimos años ha evidenciado un aumento en más de un 100 %.
Sin ir más lejos, los datos que entregó el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas dan cuenta que durante 2023 los casos llegaron a 941. A su vez, hasta febrero de este año los hospitales ya suman un total de 378 ingresos por esta grave infección bacteriana.
No obstante, a pesar de este crecimiento su incidencia continúa siendo baja. De acuerdo con el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones de Japón, el país cuenta con una población total que supera los 120 millones de personas, donde esta enfermedad no alcanza a representar un impacto del 1 %.
ENTENDIENDO LA ENFERMEDAD
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el síndrome de choque tóxico estreptocócico es causado por un tipo de bacteria llamado streptococcus, o estreptococos, del grupo A.
Esta enfermedad posee una particularidad médica, y es que en casi la mitad de los casos los expertos no saben cómo entró la bacteria al cuerpo de las personas. "A veces, entra a través de cortes en la piel, como una lesión o una herida quirúrgica. También puede entrar al cuerpo a través de las membranas mucosas, como la piel que está dentro de la nariz y la garganta", plantean.
Si bien es muy raro que esta infección se transmita entre las personas, cualquier infección por estreptococos del grupo A puede causar el síndrome, y estas bacterias se transmiten con mucha facilidad.
Entre los principales síntomas se cuentan algunos más comunes como fiebre, escalofríos, dolores musculares, náuseas y vómitos. No obstante, una vez transcurren las primeras 48 horas pueden comenzar la sintomatología grave, donde los pacientes sufren una baja presión arterial, aumento en la frecuencia cardiaca más acelerada, respiración acelerada e, incluso, insuficiencia orgánica.
UN PROBLEMA DE CONSIDERACIÓN
Durante 2023, una bacteria distinta llamada streptococcus pyogenes, también perteneciente al grupo de estreptococos A, causó preocupación dentro del continente americano.
En su oportunidad, la Organización Mundial de la Salud alertó sobre su circulación en países europeos, y los Centros para el Control y la prevención de Enfermedades pronostican un incremento al interior de Estados Unidos.
En el caso de Latinoamérica, las autoridades sanitarias de Argentina experimentaron un marcado aumento en la incidencia de las infecciones producto de esta bacteria. Una situación que llevó a la Sociedad Chilena de Infectología a manifestar su preocupación.
"Poner atención a un aumento inusual de casos en nuestros laboratorios, reportar a ISP y a nuestra sociedad para informar a nuestra comunidad de forma activa. Vigilancia de laboratorio de S. pyogenes invasor debe ser notificada por laboratorios al ISP bajo Decreto 7 artículo 5 para tener en consideración", sostuvieron en su momento.
HISTORIAL CHILENO
En el caso de Chile, el 04 de abril de 2019 se publicó el documento ‘Vigilancia de laboratorio de enfermedad invasora por Streptococcus pyogenes, Chile 2013 - 2018’. Un documento desde donde se desprendió que "se observó un aumento en el número de cepas recibidas y confirmadas de este agente bacteriano durante los últimos 10 años (...) Asimismo, se mantiene la ausencia de un patrón estacional en la presentación de este patógeno aislado de enfermedad invasora".
"Considerando que el S. pyogenes es un agente bacteriano capaz de producir enfermedad invasora severa, es esencial trabajo integrado del sector salud en sus distintos niveles, reforzando estrategias de prevención, detección precoz, tratamiento efectivo y manteniendo una rigurosa vigilancia de laboratorio que permita determinar cambios epidemiológicos y de susceptibilidad antibiótica, con el objetivo de contar con información actualizada para la toma de decisiones en beneficio de la salud de la población", cierra.
