De acuerdo a cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), 171.992 nacimientos se registraron durante 2023, convirtiéndose en una de las más bajas registradas en los últimos años a nivel nacional, evidenciando la crisis de natalidad por la que atraviesa el país.
Estos números sitúan a Chile como la nación con la tasa de fecundidad más baja del continente; en promedio, sería 1,2 hijos por mujer, muy por debajo de los 2,1 requeridos para mantener los niveles de la población.
Las cifras entregadas por el INE también revelaron aquellas comunas que más baja natalidad registraron durante los últimos 10 años, siendo una de las comunas de la provincia de Biobío quien lidera la lista.
Se trata de la cordillerana comuna de Alto Biobío, donde más bajó la natalidad en los últimos 10 años. Los 12,5 nacimientos por cada mil habitantes que se registraron durante 2021 eran 17,6 menos que los que se registraron en 2011.
En general, este escenario podría ser explicado por factores económicos, culturales y sociales. Respecto a estos dos últimos, "la mayor presencia de las mujeres en el ámbito laboral y, muchas veces, las dificultades de compatibilizar los roles son factores que van apareciendo cuando hablas, principalmente, con las mujeres", explicó la socióloga de la Universidad de Concepción campus Los Ángeles, Carmen Claudia Acuña.
Asimismo, también se explicaría porque -actualmente- es posible encontrar una mayor presencia de mujeres en Institutos y Universidades; es decir, "una mayor perspectiva de desarrollo personal fuera del ámbito de la maternidad y de lo doméstico", detalló Acuña.
Particularmente en el caso de Alto Biobío, todos estos pudieran ser factores relevantes que explicarían la disminución en la baja natalidad registrada en los últimos años.
Ello, sumado a que "es una comuna que, en algún momento, tuvo altos índices de ruralidad, muy centrada en sí misma pero que se fue abriendo en términos de conectividad, la presencia de factores como la religión, los medios de comunicación, el gobierno local", detalló la socióloga.
Todo ello hizo que los jóvenes fueran saliendo, muchas veces, de la comuna y, de paso, fueran teniendo mayores perspectivas de desarrollo personal; "eso va implícito en que las mujeres que salen de las comunas, desean tener una realización en términos personales que van más allá de lo materno; es decir, hay más horizonte", explicó Acuña.
Este nuevo escenario esboza que los jóvenes se planteen la realización de proyectos personales, de sueños que no necesariamente están vinculados a la maternidad o paternidad.
ÁMBITO DE LA SALUD
A los factores económicos, sociales y culturales que explicarían este fenómeno, se suma "el acceso a los métodos de planificación familiar, anticonceptivos principalmente, lo cual ha mejorado mucho este último tiempo, es gratuito para la población inscrita en Fonasa y existen más alternativas que se han ido adaptando a las necesidades de las mujeres", detalló la matrona y académica de la carrera de Obstetricia de la Universidad San Sebastián, Carolina Rodríguez.
Por otro lado, agregó la profesional de la salud, la vasectomía también es un factor que ha permitido regular la natalidad y actualmente es parte de las prestaciones PAD (pago asociado a diagnóstico), lo cual permite que el acceso sea más universal y económicamente más rentable.
Desde el punto de vista demográfico, agregó Rodríguez, "la baja natalidad sostenida en el tiempo afecta el crecimiento de una población, proyectándose un aumento considerable de la población mayor, afectando el recambio poblacional. Diversos países se encuentran en esta situación, dentro de ellos Chile, que está en una etapa avanzada de la transición demográfica, lo que significa que la población chilena está envejeciendo con todos los impactos que ello conlleva".
Para la especialista, una de las medidas más importantes para revertir esta situación a nivel nacional pasa por brindarles seguridad a las familias, en especial a las mujeres, en temas relacionados con la seguridad y protección laboral durante la gestación y la crianza.
Al respecto, "una de las propuestas es aumentar las semanas de duración del postnatal a mínimo un año, para que las mujeres tengan más tiempo para la crianza y de buscar un lugar o una persona que pueda cuidar de su hijo/a a largo plazo", puntualizó Rodríguez.
