Crónica Ciudadana

El drama de las carreras clandestinas para los vecinos del sector nororiente: Exigen medidas urgentes

Las juntas de vecinos del territorio propusieron una serie de medidas que, de no ser atendidas, daría pie a protestas, como el corte de calles en horas punta, para visibilizar la problemática.

Carreras Callejeras, Diario La Tribuna
Carreras Callejeras / FUENTE: Diario La Tribuna

Cada noche de fin de semana -y de semana en algunas ocasiones- el estruendo de los motores vuelve a perturbar la tranquilidad de los residentes del sector norte de la ciudad de Los Ángeles.

Específicamente, el cruce de las Avenida Las Industrias con Sor Vicenta, el lugar se convierte en una pista de carreras clandestinas, con apuestas e incivilidades de todo tipo.

Los vecinos se convierten en espectadores forzados de una actividad ilegal que, aseguran, le provoca miedo, agotamiento y profunda desesperación.

La situación, que se repite cada fin de semana desde el jueves hasta el domingo, fue el eje de una reunión extraordinaria organizada por la Asociación de Juntas de Vecinos del sector Nororiente de Los Ángeles, presidida por Jorge Araneda.

A la cita llegaron más de 30 dirigentes vecinales, además de autoridades de la Dirección de Seguridad Municipal y representantes de la Subsecretaría de Prevención del Delito.

Los temas a tratar eran variados, sin embargo, uno era el más prioritario: las carreras clandestinas, que han convertido a Las Industrias y las villas de sus alrededores en un foco de riesgo constante.

Es que los residentes dicen haber llegado a un punto límite. Durante el encuentro, las denuncias fueron tan crudas como urgentes. Vecinos relataron cómo mujeres embarazadas y niños asisten como espectadores a estas carreras, donde se observa consumo de alcohol y drogas, entre otras incivilidades a escasos metros de los vehículos en competencia.

"Es una tragedia anunciada", dijo uno de los dirigentes. "Basta con que un auto pierda el control o se produzca una pelea", añadió.

Intentos ha habido. Se instalaron barreras para impedir el ingreso de los corredores a las villas, pero los participantes las evaden con facilidad.

A menudo huyen por parques o calles internas a toda velocidad, poniendo en peligro a peatones y niños que juegan o descansan en sus casas. Algunos incluso se burlan de quienes intentan enfrentar la situación desde sus hogares.

El daño, sin embargo, no es solo físico o potencial. Varios vecinos hablaron de un impacto silencioso: el deterioro emocional.

"Nuestros hijos se despiertan llorando con los ruidos. Ya no podemos dormir tranquilos", comentó una madre visiblemente afectada. El temor de que algo grave ocurra crece con cada noche de motores y gritos.

El problema no se limita a una sola avenida.

Las carreras también se han extendido a calles como Tres Vientos, Sor Vicenta, Guillermo Marconi y Avenida Oriente, donde la falta de reductores de velocidad convierte a las vías en terrenos propicios para estas competencias ilegales.

Frente a este escenario, la organización vecinal presentó un plan de acción denominado ‘Programa Calle Segura’ que propone y solicita una serie de medidas.

Entre ellas, la implementación de una mejor iluminación del sector, mayor presencia policial en horarios clave, instalación de tecnologías de televigilancia para constatar los delitos y la promoción de la participación ciudadana para combatir estas problemáticas.

También advirtieron que, de no ver avances concretos, podrían organizar manifestaciones pacíficas que incluyan cortes de tránsito en arterias claves como Sor Vicenta, o incluso confrontaciones directas con los corredores, producto de la frustración acumulada.

"Hay que focalizar los sectores donde ocurren las carreras. Solo así podremos reducir la delincuencia asociada", señaló uno de los representantes vecinales.

Desde Carabineros, el suboficial Iván Pinilla llamó a registrar y denunciar cada hecho para alimentar el llamado "mapa de calor delictual", una herramienta clave para distribuir los recursos policiales y de seguridad en la comuna.

Sin embargo, reconoció que muchas veces las detenciones no prosperan por falta de pruebas o de denuncias formales por parte de los vecinos que no quieren involucrarse debido a las posibles repercusiones que puedan tener.

También se planteó la urgencia de instalar cámaras de vigilancia en puntos estratégicos, ya que muchos corredores se refugian en villas cercanas para luego reanudar las carreras cuando merma la presencia policial.

Se recordó, además, que hay una solicitud pendiente para transformar la actual Tenencia de Carabineros en una subcomisaría o comisaría, lo que permitiría contar con mayor dotación y recursos permanentes.

Pese a todo, los vecinos dejaron claro que no buscan culpar exclusivamente a Carabineros. Lo que exigen es presencia, disuasión y trabajo articulado. "No podemos seguir solos", fue una de las frases más repetidas al cierre del encuentro.

La reunión concluyó con un llamado a la acción conjunta y sostenida.

Sin denuncias ni participación comunitaria, reconocieron, los esfuerzos seguirán siendo insuficientes. Pero también dejaron claro que la paciencia se agota y que la seguridad del sector ya no puede seguir esperando.




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